El exgobernador de Massachusetts Mitt Romney, prometió ayerque pasará página a los cuatro años de presidencia de Barack Obama con un plan que creará 12 millones de empleos y con mayor firmeza en la defensa de los intereses de EE.UU. en el mundo.
Romney se convirtió oficialmente, en el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos y a partir de ahora abrirá la etapa final de su reñido duelo con Obama hasta las elecciones del 6 de noviembre.
En la gala de clausura de la Conferencia Nacional Republicana, el exgobernador de Massachusetts unió a los republicanos, aunque sus palabras no suscitaron el mismo entusiasmo que las de su compañero de candidatura, Paul Ryan, la víspera, o las de su mujer, Ann, el día anterior.
Romney desveló un poco más al padre y al misionero que lleva dentro, dio perfil de presidente en ocasiones e hizo daño a los demócratas.
"Obama les prometió parar la crecida de los océanos y curar el planeta", dijo mirando a la cámara, en alusión irónica a las prioridades ecológicas del actual Gobierno. "Mi promesa es ayudarles a ustedes y a sus familias", remachó entre aplausos.
EE.UU. necesita "empleos, un montón de empleos", aseguró, y se atrevió a prometer la creación nada menos que de 12 millones de puestos de trabajo.
El tándem formado por Romney, político y empresario de éxito, de 65 años, y el congresista Paul Ryan, de 42, lo apuesta todo a la economía, seguros de que la insatisfacción de los estadounidenses por la lenta recuperación del mercado laboral neutralizará el encanto que los electores siguen encontrando en Obama, según la mayoría de las encuestas.
Romney consiguió el sueño que había estado persiguiendo desde hacía años.
El exgobernador se convierte, en el primer miembro de la iglesia mormona, un credo nacido en la América profunda que muchos cristianos descalifican como una secta, en lograr la nominación para la Casa Blanca.