El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, considera que el Gobierno deberá "vigilar estrechamente" la eficacia de la reforma sobre las cajas de ahorros y fundaciones bancarias, y estar preparado "para revisar el proceso si fuese necesario".
En una valoración sobre la reforma, el BCE muestra su apoyo a la iniciativa del Gobierno español de reformar el sector de las cajas, cumpliendo así con los compromisos asumidos por España en el Memorando de Entendimiento (MoU) para recibir la ayuda financiera, y de volver al modelo tradicional de cajas de ahorros mediante la limitación del alcance territorial y el tamaño de las cajas, "puesto que también contribuye a evitar que puedan hacerse sistémicas".
En este sentido, Draghi cree que la actividad financiera de las cajas se orientará principalmente a la captación de fondos reembolsables y a la prestación de servicios bancarios y de inversión para clientes minoristas y pequeñas y medianas empresas.
En lo que respecta a las fundaciones bancarias, el organismo respalda su nuevo concepto jurídico y su regulación por el proyecto ley.
Aún así, subraya que "hará falta tiempo" para confirmar, en particular, en qué medida es eficaz la estructura de incentivos establecida en el proyecto de la ley para lograr a la larga la desinversión por las fundaciones bancarias de sus participaciones de control o, en el caso de las fundaciones que opten por mantener participaciones de control, en qué medida son eficaces las obligaciones reforzadas que establece el proyecto de ley para velar "por la gestión sana y prudente por las fundaciones bancarias de las entidades de crédito bajo su control.
En este punto, el BCE observa que el proyecto de ley habilita al Banco de España para especificar el contenido mínimo del protocolo de gestión de la participación, así como aspectos importantes del plan de diversificación de inversiones y de gestión de riesgos y del fondo de reserva, incluido el volumen objetivo de este.
Reforma
El Gobierno aprobó el pasado mes de junio su reforma sobre las cajas de ahorros, una norma que pretende devolver al sector a sus orígenes y busca que las cajas que actualmente desarrollan sus actuaciones en régimen de ejercicio indirecto, así como las cajas que tengan un volumen superior a los límites previstos en la norma, se transformen en fundaciones.
En concreto, deberán transformarse en fundaciones aquellas que mantengan una participación en una entidad de crédito que alcance de forma directa o indirecta al menos un 10% del capital o de los derechos de voto de la entidad, o que le permita nombrar o destituir a algún miembro de su órgano de administración.
Además, las fundaciones bancarias, antiguas cajas de ahorros, que tengan una participación igual o superior al 50 por ciento en los bancos que se transformen podrán acudir a ampliaciones de capital de estas nuevas entidades, si bien no podrán ejercer los derechos políticos correspondientes al incremento de su participación.