Al menos 42 personas personas han muerto por el doble atentado registrado junto a mezquitas de Trípoli, una ciudad del norte de Líbano predominantemente suní, según un nuevo balance de víctimas confirmado por fuentes médicas y de los servicios de seguridad.
Según el diario local 'Daily Star', que cita una fuente de seguridad, la primera deflagración tuvo lugar hacia las 13:30 horas cerca de la mezquita Taqwa, donde el clérigo salafista Salem al Rafi, claro detractor del presidente sirio Bashar al Assad, pronunciaba un sermón. Minutos después se produjo una segunda explosión en la calle Maarad, cerca de la mezquita Salam y de la residencia del primer ministro en funciones, Najib Mikati, quien, según su oficina, no se encontraba en Trípoli.
El Ministerio del Interior ha informado del estallido en esta zona de un coche bomba cargado con cien kilos de explosivos.
Tras la explosión en esta segunda mezquita, hombres armados con AK-47 han tomado las calles cercanas y disparado al aire mientras otro grupo de personas arrojaba piedras contra soldados. En total, al menos 42 personas han perdido la vida a consecuencia de los dos atentados, que también han causado cientos de heridos. La Cruz Roja libanesa ha cifrado en al menos 500 las personas que han sufrido algún tipo de daño.
Entre los heridos figura el exjefe de las fuerzas de seguridad de Líbano Ashraf Rifi, cuyo domicilio, situado cerca del lugar de una de las explosiones, ha quedado "muy dañado", según la cadena LBCI. A las puertas de su vivienda, Rifi ha advertido de que Líbano afronta "el principio de una tormenta" y ha subrayado la necesidad de "proteger la nación".
La violencia sectaria ha aumentado en Líbano en la misma medida en que se ha recrudecido la guerra en Siria. Trípoli ha sido escenario habitual de enfrentamientos entre grupos suníes y chiíes que critican y alaban, respectivamente, al régimen de Bashar al Assad.
El partido-milicia chií Hezbolá ha condenado el doble atentado de este viernes, en un comunicado en el que ha alertado de que estas explosiones "forman parte de un plan criminal que busca sembrar las semillas del conflicto entre los libaneses y arrastrarles a la lucha bajo la pancarta de las confesiones y el sectarismo".En opinión del grupo que lidera Hassan Nasralá, estos atentados "sirven a perniciosos designios internacionales para dividir a la región y ahogarla en sangre y fuego".
Los atentados de hoy, prosigue el comunicado, son "una continuación de un proyecto que busca sumir a Líbano en el caos y cumplir los objetivos del enemigo sionista y de los que le respaldan".
"Expresamos solidaridad con nuestros hermanos y el pueblo de Trípoli en estos momentos trágicos en los que se está vertiendo sangre inocente sin razón", ha añadido Hezbolá, que ha pedido a los dirigentes locales que no den pábulo a "rumores y acusaciones que buscan destruir este país a su gente".
En la misma línea se ha pronunciado el primer ministro saliente, Najib Mikati, que ha condenado los atentados y considerado que constituyen "un mensaje claro" cuyo objetivo es "sembrar el conflicto" y generar reacciones por parte de Trípoli y sus "hijos".