Los líderes del G20 celebran su cumbre anual a partir de hoy en la ciudad rusa de San Petersburgo, una cita de la que saldrán importantes acuerdos para la economía y las finanzas globales a pesar de que el conflicto sirio se ha filtrado en la agenda.
Los técnicos del G20 ya están en la antigua capital imperial rusa para ultimar la docena de documentos que rubricarán los jefes de Estado y Gobierno de 26 países (miembros permanentes del grupo y seis invitados) durante los dos días que durará el evento.
El fastuoso palacio de Constantino, levantado recientemente de las ruinas, y el conjunto artístico-arquitectónico de Peterhof, ambos situados en el litoral del Golfo de Finlandia, frente al centro histórico de San Petersburgo, serán el privilegiado escenario de la cumbre.
La cita arrancará hoypor la tarde con una recepción oficial en la que Vladímir Putin, presidente del país anfitrión que ostenta este año el liderazgo rotatorio del G20, recibirá en el palacio de Constantino al resto de los mandatarios.
Tras la ceremonia, los líderes mantendrán una primera reunión para hablar del "Crecimiento económico y economía global", tras lo cual se desplazarán al vecino Peterhof para mantener una cena de trabajo en la que se tratará, entre otros asuntos, el desarrollo sostenible, según la agenda adelantada por el Kremlin.
La segunda jornada empezará con una temprana reunión entre el presidente ruso y los agentes sociales del G20, tras lo que los mandatarios volverán a sentarse a la mesa para centrarse en las "Inversiones, los estímulos al crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo".
Antes de dar la cumbre por concluida, los líderes del grupo integrado por las economías más desarrolladas y pujantes del mundo mantendrán un tardío desayuno de trabajo para discutir los problemas del comercio internacional en su relación con el crecimiento económico.
La cumbre, a pesar de congregar un foro centrado en asuntos económicos, será un año más el escenario perfecto para tratar diversos asuntos políticos de actualidad, ya sea entre todos los socios, en grupos multilaterales o en reuniones bilaterales.
El asunto más caliente, con permiso de Siria, que deberán afrontar los asistentes a y que más preocupa en la actualidad a las economías emergentes será la posible reducción de los estímulos monetarios en EEUU.