Los investigadores en materia de Derechos Humanos de la ONU han llegado a la conclusión de que las fuerzas del régimen de Bashar al Assad son las responsables de dos masacres ocurridas el pasado mes de mayo en las que murieron hasta 450 civiles, según indican en su informe publicado el miércoles.
El informe documenta ocho matanzas en total, atribuyendo todas ellas salvo una a las fuerzas gubernamentales, pero asegura que tanto Gobierno como rebeldes han cometido crímenes de guerra incluidos asesinato, toma de rehenes y ataques contra civiles en su batalla para controlar el territorio.
Las matanzas en Baida y Ras al Nabaa, dos reductos de simpatizantes rebeles rodeados por localidades leales a Al Assad en los alrededores de la localidad costera de Banias, ponen de manifiesto el precio que algunos sirios pagan por apoyar a los rebeldes.
La comisión de investigación de la ONU no ha recibido autorización para entrar en Siria, pero sus 20 investigadores han realizado 258 entrevistas a refugiados, desertores y otras personas en la región y en Ginebra, algunas de ellas por Skype, para redactar el que es su undécimo en dos años.
En Baida, según el documento, entre 150 y 250 civiles fueron asesinados, entre ellos 30 mujeres, aparentemente ejecutadas, que aparecieron en una misma casa. Según el informe, los rebeldes no estaban activos en esta zona en ese momento. "Los testimonios eran congruentes con que miembros de las Fuerzas de Defensa Nacional estuvieron activamente implicados en las redades y en muchos casos los encabezaron", explica el informe. "En consecuencia, hay bases razonales para creer que las fuerzas gubernamentales y las milicias afiliadas, incluidas las Fuerzas de Defensa Nacional, son los autores de la masacre de Al Baida".
Al día siguiente, ante las noticias de que las milicias estaban avanzando con apoyo del Ejército, cientos de civiles intentaron huir de la vecina localidad de Ras al Nabaa, pero fueron repelidos en puestos de control. Las fuerzas gubernamentales procedieron a bombardear la localidad y luego los milicianos entraron en ella.
"Mientras peinaban la localidad, capturaron y ejecutaron a civiles", afirma el informe, que añade que "la operación no se produjo en el contexto de una confrontación militar. Las fuerzas gubernamentales tenían pleno control de la zona". Según el documento, hubo entre 150 y 200 muertos en Ras al Nabaa.
Asimismo, los investigadores también han verificado el asesinato de 450 personas durante la ofensiva de las fuerzas gubernamentales y los combatientes del partido-milicia chií libanés Hezbolá para recuperar la ciudad estratégica de Qusair. Durante el asedio se cortó el agua y se interrumpió el suministro de alimentos y la localidad fue intensamente bombardeada.
"Aproximadamente la mitad fueron víctimas civiles, muertos principalmente en los bombardeos de artillería y aéreos de la localidad en los primeros días de la ofensiva", explica el informe.