España se aleja de las primeras posiciones del ranking de felicidad elaborado por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), ocupando el 49º puesto, según un nuevo índice basado en flujos migratorios y no en respuestas subjetivas. Hong Kong, Singapur y Nueva Zelanda ocupan las tres primeras posiciones.
El profesor del departamento de Estadística de la UC3M, Juan de Dios Tena, explica que las encuestas utilizadas habitualmente para determinar el bienestar de un país suelen estar influidas por factores idiosincrásicos de cada estado y algunos datos pueden ser fácilmente manipulables. Esto ha conducido a que en otros ránquines países como Iraq, Haití o Afganistán hayan aparecido en posiciones relativamente altas.
«El nuevo índice de felicidad se basa en lo que la gente hace en lugar de lo que dice», explica el responsable del estudio. La hipótesis de partida es que un país al que todo el mundo quiere ir no puede ser muy infeliz y, contemplando este baremo, España baja posiciones respecto a otras clasificaciones.
«Los flujos migratorios están muy vinculados a aspectos que la psicología relaciona con la felicidad. A partir de estos resultados, se puede construir un índice de felicidad que aporta valores más lógicos», explica Tena, que ha realizado el estudio junto a investigadores de la Universidad de las Islas Baleares y de la Universidad Católica del Norte (Chile).
En los primeros puestos de este ranking aparecen países como Hong Kong, Singapur, Nueva Zelanda, Suiza Noruega, Israel, Corea del Sur, Suecia Canadá o Australia, mientras que entre los últimos figuran Bolivia, Etiopía, Tanzania, Camerún, Senegal, Kenia, Nigeria, Afganistán, Sudáfrica o China.
El nuevo ranking, presentado en la decimocuarta edición de las Jornadas de Economía Internacional celebradas este verano en Palma de Mallorca, trata de evitar la subjetividad de los sondeos. Aquí entra en juego la denominada «votación con los pies», la forma más universal y primitiva de revelar preferencias.