El número oficial de muertos por el naufragio del barco con inmigrantes registrado el pasado jueves frente a la isla italiana de Lampedusa se elevó ayer a 287, después de que los buzos de los cuerpos de seguridad italianos rescataran otros 13 cadáveres a última hora de la tarde.
Según confirmaron a Efe fuentes de la Guardia Costera italiana, ayer fue posible recuperar un total de 57 cadáveres de entre los restos de la embarcación, que se encuentra a cerca de cincuenta metros de profundidad.
La de ayer supuso la tercera jornada consecutiva en la que los buzos italianos pudieron sumergirse en el mar para realizar las labores de búsqueda entre el casco hundido del barco, después de que las tareas se suspendieran el viernes y el sábado por las malas condiciones marinas.
Las tareas de rescate se hacen cada vez más complicadas y requerirán de plazos más largos para poder completarse, pues ya han sido recuperados los cuerpos de los inmigrantes que se encontraban en las zonas accesibles del barco y ahora quedan por extraer los cadáveres de la bodega, amontonados uno sobre otro.
Los testimonios de los 155 supervivientes indican que en el barco, que partió del norte de África en dirección a las costas europeas y que naufragó tras declararse un incendio y volcar, viajaban 518 personas, por lo que en el agua podría haber aún cerca de un centenar de cadáveres.
Por otro lado, ayer fue posible arrestar al supuesto traficante que se encargó de llevar el barco naufragado ante las costas de Lampedusa el pasado jueves, un tunecino de 35 años, Kaled Ben Salam.
Según el testimonio de algunos supervivientes, el detenido fue además el autor del incendio, que se declaró en la embarcación, tras quemar una manta para intentar advertir a otros barcos y a las autoridades sobre la presencia del barco en aguas italianas.
Hoy se espera que el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, y el primer y viceprimer ministro de Italia, Enrico Letta y Angelino Alfano, respectivamente, visiten Lampedusa, considerada por muchos como la puerta de entrada a Europa de la inmigración ilegal por mar.
Por otra parte, los países de la Unión Europea apoyaron ayer la creación de un grupo de trabajo para estudiar la manera de frenar la llegada de inmigrantes irregulares a través del mar, una necesidad puesta de manifiesto tras la tragedia ocurrida el pasado jueves frente a la isla italiana de Lampedusa.
La idea fue planteada durante un Consejo de Ministros de Interior, según explicó al término de la reunión el titular español, Jorge Fernández Díaz.
El grupo «integrará a los países comprometidos en la lucha contra la inmigración irregular en la mar», un ámbito en el que «por desgracia, España puede aportar una dramática experiencia», ya que desde año el 2000 han sido recogidos en el mar 800 cadáveres de inmigrantes, indicó el ministro.
El objetivo final será «hacer frente desde la solidaridad y responsabilidad compartida» a la carga migratoria, explicó Fernández.