El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ha hecho este sábado en Barcelona una advertencia a los soberanistas catalanes: «Mientras yo sea presidente del Gobierno, ni se celebrará ese referéndum que algunos pretenden, ni se fragmentará España. Que quede claro».
Rajoy ha clausurado la convención del PP catalán con un discurso en el que se ha mostrado tajante contra la consulta soberanista impulsada por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y que según ha insistido es ilegal y contraria a la Constitución.
Ha prometido que no piensa escuchar las voces que le piden que se «corte el grifo de las ayudas a la Generalitat» porque serían los ciudadanos los que pagarían las consecuencias.
El jefe del Ejecutivo ha advertido de que es «injusto» y «falso» el discurso de que España «roba» a los catalanes, porque el principio de solidaridad es «de ida y vuelta": Cataluña aporta mucho al conjunto de España y «el resto de los españoles también aportan mucho a quienes viven de Cataluña».
Ha puesto ejemplos de dicha solidaridad de ida y vuelta, como el Fondo de Liquidez Autonómica, el plan de pago a proveedores, el hecho de que la Seguridad Social sea deficitaria en Cataluña pero sus pensionistas «no lo sufren» o que los ahorradores de otros lugares de España «ayudan al crédito que se concede a Cataluña».
Y la ayuda a Cataluña, también cuando tiene dificultades, no es mérito del Gobierno, ha asegurado Rajoy. «Es toda España quien lo hace, y continuará haciéndolo en lo que sea necesario», ha dicho.
Ante un público que le ha interrumpido en numerosas ocasiones con fuertes ovaciones, Rajoy ha reiterado que está «permanentemente abierto al diálogo», y no pone ningún obstáculo para quienes quieran hablar de «problemas reales» y con el respeto a la ley.
Pero ha advertido de que nadie le busque «en el campo de la ilegalidad» ni le pida hablar sobre lo que corresponde a todos los españoles -en alusión a la soberanía- o sobre lo que él considera que «perjudica profundamente» al conjunto de la ciudadanía.
Y ha mandado otro mensaje a los soberanistas: ha pedido a quienes reclaman diálogo que empiecen «por dar ejemplo» y «practicarlo con los que tienen más cerca», que son «todos los catalanes que no comparten sus planes».
En una intervención centrada exclusivamente en la cuestión catalana, Mariano Rajoy ha admitido que es posible someter a referéndum el futuro de España, «pero tienen que intervenir los españoles», y en Cataluña «no se puede disponer de lo que nos pertenece a todos».
Tras definir España como un «bien indiviso», ha apuntado que todos los españoles son «copropietarios» del Estado, ha advertido además de que la autonomía no supone la «transferencia de la soberanía» ni otorga «la propiedad de un territorio» sino la «responsabilidad de gobernarlo de acuerdo con la ley».
En todo momento ha defendido el jefe del Ejecutivo la vigencia de la Constitución y la obligación que tienen todos, incluido él, de cumplirla, y por su parte no va a «traicionar» el juramento que hizo cuando tomó posesión.
La Carta Magna, ha subrayado, dice «lo lógico», que es que «el futuro de España no se puede determinar en una comunidad autónoma mediante un referéndum particular. Si España permanece íntegra o se fragmenta, no puede decidirse en una votación parcial», ha apostillado.
Aunque ha admitido que es posible cambiar la Constitución y ha dicho que quien quiera hacerlo puede intentarlo por el camino que marca la ley, y ha insistido en cualquier caso en que la Carta Magna es la «mejor garantía» para el ejercicio de la libertad.
«No le pido a nadie que le guste la Constitución porque no se hizo al gusto de nadie en particular. Lo que pido es respeto y coherencia hacia aquello que hemos acordado», ha apuntado.