El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha advertido al de la Generalitat, Artur Mas, de las consecuencias del proceso que ha puesto en marcha para celebrar una consulta soberanista y le ha ofrecido entablar un «diálogo fructífero» aunque siempre con respeto a la legalidad.
Rajoy ha asegurado este lunes que el derecho a votar que esgrime Artur Mas es un discurso demagógico que suena muy bien, pero que la realidad es que «la ley democrática no es un corsé contra la libertad, sino garantía de igualdad y de seguridad para todos», subrayando que sin ley no hay democracia.
Así se ha expresado en una declaración institucional al término del Consejo de Ministros extraordinario en el que se ha aprobado el recurso ante el Tribunal Constitucional tanto de la ley catalana de consultas como de la convocatoria de consulta para el 9 de noviembre.
Rajoy ha ofrecido al presidente de la Generalitat, Artur Mas, «diálogo dentro de la ley» sobre todas las necesidades de Catalunya o todas aquellas cuestiones que quiera plantear en el marco de la legalidad.
Pero le ha advertido de que «primero» debe atenerse a la legalidad y obedecer al Tribunal Constitucional cuando suspenda la convocatoria de la consulta independentista para el 9 de noviembre.
«Mientras yo sea presidente del Gobierno, la ley se va a respetar en toda su integridad», ha dicho.
El presidente del Gobierno ha hecho un relato de cómo se han sucedido los acontecimientos hasta llegar a la convocatoria de un referéndum «abiertamente contrario a la legalidad», que cree que desborda la democracia, divide a los catalanes, los aleja de Europa y del resto de España y que provocará frustración en una parte de ellos.
Rajoy ha subrayado que en su comparecencia que hay tiempo para el diálogo y para «hablar de otras cosas» con la Generalitat siempre dentro de la ley, pero ha advertido de que cuando el Tribunal Constitucional admita a trámite los recursos y suspenda la convocatoria de la consulta, Artur Mas deberá acatar esta decisión.
«A partir de ahí, podemos hablar», ha añadido el presidente, aclarando también que no contempla otro escenario que Artur Mas acate la legalidad.
Ley contra la democracia
Rajoy ha admitido en su intervención que apelar al «derecho a expresarse, el derecho a ser escuchado» es algo que suena bien, pero ha añadido que es un recurso demagógico que pasa por contraponer democracia y ley.
«El problema es que quien esgrime estos argumentos en realidad le está privando de ese derecho a quien realmente le corresponde, el conjunto del pueblo español», ha dicho.
Ha insistido en que el Gobierno acude al Tribunal Constitucional porque no le queda otro remedio que defender el cumplimiento de la Carta Magna, que concede al conjunto del pueblo español la soberanía e impide que una parte de ellos decida lo que corresponde decidir a todos ellos.
«Nadie puede privar a todos los españoles del derecho a decidir sobre lo que es su país. Esa y no otra es la consecuencia práctica de la consulta convocada por la Generalitat», ha subrayado el presidente.
Ha querido resaltar así que la ley es la democracia y que sin aquella, esta no existe: «No es posible, como hacen algunos, contraponer ley a democracia», ha insistido.
Y quien quiera que otra ley, ha continuado el presidente, que proponga una reforma de la Constitución según los cauces establecidos: «No caben atajos o subterfugios para violentar la legalidad, por muy adornados que vengan de palabras bonitas», ha añadido.
La reforma de la Constitución, en el futuro
Sobre la posibilidad de reformar la Carta Magna, el presidente ha explicado que es una posibilidad de futuro, pero que «en este justo momento» se trata de defenderla.
«Es lo prioritario», ha añadido. «Ya hablaremos en el futuro. Sigo abierto al diálogo, como siempre. Lo que no puedo aceptar es que se hagan cosas vulnerando la ley», ha dicho.
Rajoy ha defendido la actual Constitución como garante de derechos y libertades, como el texto que ha permitido al país el mayor periodo de prosperidad de su historia y a la Generalitat, sus mayores cotas de autogobierno
Y ha querido resaltar que es un norma que se dieron juntos catalanes y españoles y que apoyó una «amplísima mayoría» de aquellos.
Diálogo y responsabilidad
El presidente ha insistido en su apertura al diálogo y en que recibirá a Artur Mas cuantas veces pida un encuentro. Pero ha querido también dejar claro que quien ha comenzado este proceso es también responsable de sus «graves consecuencias»: la «deslegitimación injusta» de las instituciones y la «fractura de lazos de hermandad» entre Catalunya y España.
Ha lamentado «profundamente» que Mas haya firmado finalmente la convocatoria de la consulta del 9 de noviembre, pero ha insistido en que aún hay tiempo para un diálogo fructífero entre ambas partes. El presidente ha insistido en que en ese diálogo cabe todo aquello que se encuentre dentro de la ley.
Sobre la mesa, Mariano Rajoy cuenta con un documento del presidente catalán en el que éste le pide solución para 23 reclamaciones concretas.
«Algunas son razonables, otras más discutibles. Pero están hechas en la línea de las de otros presidentes autonómicos. Y yo sobre eso estoy dispuesto a hablar con el señor Mas y con el presidente de cualquier comunidad. Es mi obligación. De lo que no voy a hablar es de violentar la ley», ha insistido.
Rajoy también ha echado en cara a Mas que haya seguido una «política de hechos consumados» y que haya pedido diálogo después de tomar «decisiones unilaterales imposibles de compartir», tratando de forzar al Gobierno a buscar las soluciones.
«Y luego se ha pretendido que el Gobierno de España no sólo las aceptase, sino que encontrase, además, las vías políticas y legales para llevarlas a cabo», ha criticado.
«He estado dispuesto a negociar desde el primer día, pero no ha habido posibilidad real», ha agregado.