El candidato de Ciudadanos a la Presidencia del Gobierno, Albert Rivera, se ha mostrado este domingo convencido de que si llega a ser presidente del Ejecutivo podrá sentar en la misma mesa para dialogar a todos los agentes políticos y sociales del país, como en la transición hizo Adolfo Suárez.
En su primer discurso como candidato de Ciudadanos a La Moncloa en las próximas elecciones generales, Rivera ha dicho que si ha decidido dar este paso es porque «en el momento actual que vive España hace falta alguien que pueda sentar en la mesa a todo el mundo, a los agentes políticos y sociales».
En este sentido, ha recordado que la Constitución se hizo entre todos y en los Pactos de la Moncloa, «Suárez sentó en la mesa a los partidos constitucionales y a los agentes sociales».
Todos ellos, ha añadido, «tuvieron que ir a la llamada de alguien que les llamó», y Ciudadanos ha demostrado que es «capaz de dialogar, de controlar y de llegar a acuerdos», como está demostrando en la diversas autonomías
Rivera, que ha asegurado tener «liderazgo, equipo y proyecto», se ha mostrado «capacitado» para sentar en la mesa si le toca presidir el Gobierno a los «agentes políticos y sociales» del país, porque los demás partidos políticos no son sus «enemigos» sino sus «compatriotas».
El líder de Ciudadanos se ha mostrado convencido de que el estado de bienestar, la economía de mercado y el euro «son sagrados» y, en su opinión, «eso no lo pueden decir los que quieren cambios y sacarnos de Europa».
Rivera no sólo ha criticado a Podemos, sin mencionarlo, sino también al PP, y ha dicho que frente al Gobierno actual, Ciudadanos tiene «las manos limpias», mientras que Mariano Rajoy tiene a sus espaldas «el caso Bárcenas, el caso PP o el caso Rajoy».
Ha considerado que «es muy difícil que la gente vuelva a confiar en la política si quien preside un Gobierno está bajo la sospecha de corrupción de su partido y de decenas de sus miembros».
Frente a ellos, ha asegurado, Ciudadanos tiene «las manos limpias» y ello les da «autoridad para tomar medidas».
Otro de los motivos que Rivera ha argumentado para ser presidente del Gobierno es que es «de Barcelona, catalán, español y europeo», y en el momento que vive España es fundamental que los que representan una «Cataluña sensata» se involucren en la gobernabilidad de España porque si no «siempre tendremos la gran mentira de que los catalanes no quieren participar en el proyecto común».
Rivera ha recordado que Ciudadanos ha demostrado que defiende lo mismo en Cataluña que en el resto de España y ha subrayado la necesidad de una España «unida» y a la vez diversa».
En su intervención, en la que le han acompañado numerosos miembros del partido y líderes de Ciudadanos en las diversas comunidades, además del ideólogo del programa económico, Luis Garicano, Rivera ha mostrado su orgullo por los resultados de algunas de las últimas encuestas que le dan como segunda fuerza política en intención de voto en Cataluña.
Rivera, que ha dicho que ha llegado el momento de «dar un paso al frente» y «mojarse» porque su ilusión es «ver otro país», ha hecho un llamamiento a los jóvenes, a los nacidos en democracia, para ayudar a los que tienen «experiencia en política», para lograr entre todos «reconstruir el proyecto común español».
Su objetivo, no es llegar por llegar, quitar a uno para poner a otro, sino «cambiar las reglas del juego» para «que todo cambie sin romperlo todo» porque su «ilusión y esperanza es ver otro país» y ha explicado que no trata de «inventar nada nuevo» sino «reconstruir el proyecto común español».
«La unión de un país no es una broma, no es un eslogan, no es una bandera en un acto», en alusión al líder del PSOE, sino «es la unión de todos los españoles» por lo que ha dicho que no tiene «complejos en defender el patriotismo constitucional» y apostar por «recomponer la clase media y trabajadora» porque «de nada sirve que el Gobierno saque pecho del crecimiento cuando hay más desigualdad que nunca».
También ha dicho que se trata de «generar riqueza» no de «repartir miseria, y ha reivindicado que se necesitan programas «no copiar lo que hace mal Argentina, Venezuela o Grecia».
Frente al discurso del «miedo» y lo que apuestan por romper todo, Ciudadanos está convencido de que el cambio vendrá «por el centro» y no por los extremos, haciendo una «reforma democrática» porque después de 35 años «no es suficiente una mano de pintura roja y azul» sino un «programa reformista».
Ha criticado que desde el PP les digan que ellos cuadran las cuentas porque «cómo ellos no las cuadran» y ha precisado que la reforma fiscal de Ciudadanos cuesta «7.800 millones e euros».
Rivera ha concluido su discurso en Madrid, donde se siente «igual de cómodo que en Barcelona», seguro de que «la nueva etapa va a llegar más pronto que tarde» con un equipo como el de Ciudadanos, de «gente limpia» y «sensata» encabezando un «cambio centrado y libre».