El exconsejero de la Comunidad de Madrid Francisco Granados explicó al juez Eloy Velasco cómo en 1994 abrió una cuenta en Suiza «con un poco de dinero» que le dio su padre y que fue engordando con sus remuneraciones «y lo que iba operando en bolsa».
Así consta en la declaración que prestó ante el juez de la Audiencia Nacional el día en que ingresó en prisión tras ser detenido en la operación Púnica, el pasado 31 de octubre, y en la que justifica su enriquecimiento con argumentos que evocan a los que ofreció en su día el principal imputado en el caso Gürtel, el extesorero del PP Luis Bárcenas.
Esa única cuenta que asegura haber tenido en Suiza en la entidad Crédit Lyonnais (después Paribas) y que abrió cuando trabajaba en Société Générale, decidió cerrarla, dijo, cuando llegó a la alcaldía de Valdemoro, pero el banco le advirtió de que «devolver los fondos y cerrar la cuenta era algo muy complicado».
Por ello, siempre según su declaración, en 2000 firmó el traspaso de la titularidad a David Marjaliza, le reembolsaron una cantidad de 320-340.000 euros, y se olvidó de esa cuenta.
«No hice ningún ingreso, no dispuse de ninguna cantidad hasta que en el año 2006 el señor Marjaliza me comunica que quiere trasferir su dinero a otro banco que no sé cuál es y que el banco Paribas le pedía mi firma y firmé otros papeles, siempre en blanco porque en los bancos suizos nunca firmas los impresos rellenos».
En ese momento el juez le pregunta si autorizó a Marjaliza a abrirle una cuenta, lo que Granados niega tajantemente, al igual que haber recibido una contraprestación por el cambio de titularidad.
«Me devolvieron mi dinero y no tuve ninguna contraprestación más, porque a partir de ahí el dinero no era mío», sostuvo, para después añadir: «Yo hago el traspaso de la titularidad, y el banco me da mis 300.000 euros en esa cuenta en efectivo».
En ese punto, Velasco le interroga si la venta de unas parcelas fue la contraprestación que le dio a Marjaliza, a lo que Granados explica que se trataba de cinco parcelas de 4000 metros cuadrados cada una que heredó de su padre para construir casas individuales y que Marjaliza se interesó por ellas, por lo que le vendía unas a él y otras a sus cuñados por un precio similar.
«No le traspaso ningún dinero en Suiza. No hay ningún operación de compensación; el traspaso es del 2000, y la venta, del 2007-2008», insistió Granados, que aseguró desconocer los rendimientos que tuvo esa cuenta tras el cambio de titularidad y rechazó que él tuviera el control de la misma hasta 2006.
Durante la declaración, le pregunta también el juez sobre un barco del empresario Javier López Madrid, del que dice que es amigo suyo desde hace 25 años, y, tras afirmar que no le consta que Marjaliza se hiciera con esa embarcación, niega además que él tuviera una participación.
Velasco también le preguntó sobre la empresa Waiter Music de su amigo, el también imputado Jose Luis Huerta, manifestándole sus sospechas de que ejercía influencias sobre alcaldes de Madrid para que contratasen sus servicios.
«Creemos que los contratos hinchados, porque no puede valer tanto la música, se los quedaban y se los repartían el alcalde, usted y el Partido Popular de la Comunidad de Madrid», le dijo el juez, a lo que Granados contestó que lo negaba «cien por cien» y se preguntó qué tenía que ver el PP con Waiter Music o con él.
También rechazó haber pagado a cargos públicos para que contrataran a esa empresa: «Yo para qué voy a pagar a cargos públicos; yo qué tengo que ver con Waiter Music. No me pagaba nadie. Las cosas no funcionan así».
La última vez que se reunió con Huerta fue un mes antes de su detención, porque, según relató, el empresario quería conocer al productor Enrique Cerezo para que produjera una película sobre el grupo musical infantil Cantajuegos.