Facua-Consumidores en Acción ha alertado de quince «trampas» que utilizan los comerciales de las eléctricas para modificar fraudulentamente los contratos de los usuarios, entre ellas «premiar» su fidelidad o decirles que pueden eludir una multa. La asociación ha denunciado en un comunicado el «fraude masivo que están sufriendo cientos de miles de usuarios, a los que las grandes compañías modifican sus contratos mediante todo tipo de engaños».
«Tras visitarles en sus domicilios, los comerciales cambian de compañía a los clientes o les mantienen en la misma, pero con cambios contractuales que en la gran mayoría de los casos les encarecen aún más las tarifas», según afirma Facua.
La organización ha enumerado hasta «quince mentiras a las que recurren los comerciales para convencer a los usuarios de que sustituyan sus contratos, generalmente sometidos a la tarifa semirregulada (PVPC), por ofertas del mercado libre».
'Timocracia'
En muchos casos, dice Facua, ni siquiera les aclaran que les están ofertando otras tarifas, sino que les hacen creer que tienen que firmar un documento para autorizar a su compañía al cambio o reparación del contador, a la aplicación de un descuento o a actualizar su contrato porque el vigente ya no se ajusta a la ley.
Estas «trampas» están descritas en el libro gratuito Timocracia (Timocracia.com), escrito por su portavoz, el periodista Rubén Sánchez, y publicado por Facua y su Fundación. Facua ha denunciado la pasividad del Gobierno y de las autoridades de protección al consumidor autonómicas ante este «macrofraude, similar al que se produjo a comienzos de la década pasada en el sector de las telecomunicaciones».
Las trampas consisten en hacer creer al usuario que vienen de su propia compañía para premiar su fidelidad con un descuento, que su tarifa no se ajusta a una ley y pueden multarle si no la cambia, que tienen que devolverle cantidades cobradas por error o que su contador está averiado y necesitan que firme un documento para reparárselo.
Los comerciales también acuden a los domicilios para, añade Facua, ofrecer supuestos descuentos en las facturas que en realidad no hacen más que encarecer los recibos o falsas tarifas planas.