El filósofo, escritor y académico Félix de Azúa cree que es «cosa de risa» que la ciudad de Barcelona tenga como alcaldesa a Ada Colau, «una mujer que -a su juicio- debería estar sirviendo en un puesto de pescado».
En una entrevista que publica la revista Tiempo, De Azúa arremete duramente contra Colau y extiende sus críticas a Podemos, hasta el punto de señalar que «la gente debe de votar borracha».
De Azúa, que en ocasiones ha manifestado públicamente su respaldo a UPyD, Ciudadanos y la plataforma Sociedad Civil Catalana, se queja de que «una ciudad civilizada y europea como Barcelona» tenga como alcaldesa a Colau, que «no tiene ni idea de cómo se lleva una ciudad ni le importa». «Lo único que le importa es cambiar los nombres de las calles», apostilla.
Carga también contra Podemos porque «han aceptado dinero de los gorilas venezolanos y los verdugos iraníes» y dice no entender «cómo alguien les sigue haciendo caso».
«¿Imagina que hubieran recibido dinero de los partidos nazis alemanes o daneses? ¿Tendrían cinco millones de votos? Seguramente no. Quiero creer que no», reflexiona.
También arremete contra las carreras de Humanidades y apostilla: «Fíjese lo que ha salido de la Facultad de Políticas de la Complutense... Es lo más ignorante del país, pero consiguen llevar a la gente gregaria, como corderitos. Y eso que Pablo Iglesias cada vez que cita un libro lo hace mal».
Desencantado con la política en general, De Azúa compara la situación política española con un «franquismo simpático, disimulado de democracia» y se confiesa pesimista sobre el futuro. «Este país ha vuelto a su verdadera personalidad. Su verdadera personalidad es el franquismo», repite.
«En los partidos, o te corrompen o te destruyen. Al menos en este país. Ni aquí ni en Italia queda nada de dignidad en la política. Es la podredumbre absoluta. Hay que apartar las manos para no mancharse», agrega.
Sobre si habrá pacto para formar Gobierno, advierte de que la opción, salvo si «Rajoy y Sánchez se suicidan y pactan», es un ejecutivo «disparatado con independentistas y aberzales», con el que «habría que marcharse de España».
Respecto a Cataluña, considera que la situación es «grotesca», porque se ha entrado «en la vía de la irracionalidad absoluta» y «ya sólo importan los sentimientos, no la razón».
Vivir ahora en Cataluña «es como en Checoslovaquia en la época de los tanques rusos», opina De Azúa, que hace cinco años que se marchó de esa Comunidad, un ejemplo que, según su criterio, están siguiendo sobre todo los jóvenes.
«Si no provocara tantos problemas, de mi círculo se iba la totalidad. Es una situación insostenible, avisa.