El eurodiputado del PP Carlos Iturgaiz ha llamado «hijos de puta» a los aficionados que el pasado sábado pitaron el himno de España en la ceremonia previa a la final de la Copa del Rey entre el Barcelona y el Alavés.
El que fuera presidente del PP de Euskadi entre 1996 y 2004 ha colgado un comentario en Twitter en el que afirma: «Yo también quiero ejercer mi libertad de expresión para decir a todos los que han pitado el himno nacional de España que son unos hijos de puta».
Los silbidos contra el himno también han sido criticados por la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, que ha calificado a quienes pitaron como «campeones» de «ir contra la democracia» y de «querer menospreciar el proyecto común que es España».
También el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha considerado la pitada una «falta de respeto» y «mala educación» y se ha preguntado: «Si no respetamos lo mínimo, ¿cómo vamos a convivir?».
Y, por cierto, al que escribe en mi nombre diciendo que "me he pasado, le agradecería que se abstuviese de poner en mi boca palabras que no he dicho. No tengo por qué disculparme por decir obviedades, ya que el discurso de una guerra de hermanos contra hermanos no se puede simplificar convirtiéndolo en uno de buenos contra malos. Pero, en fin, es misión imposible en una sociedad que, por poner un ejemplo, es incapaz de aceptar la colocación de una placa en recuerdo de la matanza de sus propios vecinos inocentes en el Atlante y en su propio puerto.