La sección quinta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a una mujer a un año y medio de prisión por intentar robar a un recién nacido en el Hospital La Fe tras hacerse pasar por enfermera y comunicar a los padres que se tenía que llevar al pequeño para realizarle una prueba médica.
La condenada reconoció los hechos durante el juicio pero manifestó que su intención no era robar el menor, sino tenerlo un rato en brazos, ya que había sufrido un aborto y un embarazo psicológico.
Así consta en la sentencia, contra la que cabe interponer recurso, en la que el tribunal condena a la mujer por un delito intentado de detención ilegal. No aprecia ninguna circunstancia atenuante ya que, según un informe forense, en el momento de los hechos la acusada no padecía ninguna patología mental ni tenía alteradas sus facultades psíquicas.
Los hechos se remontan al 13 de marzo de 2016, día en que la mujer se dirigió al Hospital La Fe desde Murcia. Una vez en las instalaciones valencianas, sobre las 20 horas, se puso una bata blanca con el anagrama del Hospital General Universitario Santa Lucía de Cartagena (Murcia) y entró en la habitación de una mujer que había tenido un bebé.
En la habitación estaba la parturienta, su cónyuge y la hija recién nacida, que se encontraba en ese momento en brazos de su cuñada. Los padres son médicos que habían estudiado en La Fe. La condenada -con la bata abierta y calzado de calle- les comentó que tenía que llevarse a la menor con el pretexto de repetirle la prueba del talón.
Cogió a la menor pero como a los padres les extrañó lo que les dijo, le expresaron que no era posible repetir dicha prueba, ya que aún no se la habían hecho, puesto que estaba prevista para el día siguiente. Además, le comentaron que previamente tenían que firmar el consentimiento.
Ante estas manifestaciones, la mujer les señaló que iba a consultarlo con el control de enfermería, entregó la niña a su madre y salió de la habitación. Casi de inmediato volvió e insistió en llevarse a la menor para practicarle la prueba.
El padre del bebé indicó que él iría con ella, lo que provocó que la condenada volviera a salir de la habitación manifestado que iba a consultarlo otra vez con el control de enfermería. Seguidamente, la madre salió a hablar con personal de Enfermería, que dieron aviso a los vigilantes de seguridad y le dieron el alto.
La mujer hizo caso omiso y huyó corriendo tras arrojar en el interior de uno de los servicios la bata blanca que portaba de Murcia. Finalmente fue alcanzada y retenida hasta que llegó la policía. Había cogido la bata ese mismo día por la mañana en el Hospital General Santa Lucía de Cartagena, donde también había entrado en varias habitaciones de neonatos.
Durante el juicio, la mujer reconoció los hechos pero puntualizó que no quería llevarse al bebé, sino tenerlo en brazos. Pero el tribunal no encuentra explicación a por qué vino desde Murcia a Valencia únicamente para abrazar aun bebé, con una bata del Hospital de Murcia, cuando, si según ella mismo dijo, había ido a Murcia a ver a un familiar que había dado a luz.
El tribunal, tras la diferente prueba analizada, llega a la conclusión de que la intención de la mujer era llevarse a un bebé, «y así lo hubiera hecho de haber podido». «Su actitud, comportamiento e insistencia lo revela», agrega.
«Si solo hubiera querido abrazarlo, se hubiera limitado a hacerlo y no pretender sustraerlo del ámbito de protección de sus padres, con la excusa de hacerle una segunda prueba del talón, y desde luego no hubiera venido desde tan lejos para simplemente abrazar un bebé», estiman los magistrados.