Una forense del Instituto de Medicina Legal de Lleida ha asegurado este miércoles en el juicio contra los padres de Nadia, acusados de presunta estafa al recaudar dinero para tratar a su hija en Estados Unidos de una enfermedad rara llamada tricotiosdistrofia, que los informes no apuntaban a que hubiera riesgo para la vida de la pequeña.
Respondiendo a las preguntas de la acusación en la segunda sesión del juicio en la Audiencia de Lleida, la experta ha explicado que entre la documentación que ella ha revisado no existe ningún informe de un hospital de Houston, que es el centro en el que el padre, Fernando Blanco, aseguraba que trataba a la niña.
La forense ha explicado que no existen estudios sobre la esperanza de vida de los pacientes que sufren esta dolencia, que no tiene cura y que se conocen casos de personas que han superado los treinta años.
En la primera jornada, este martes, el sargento de los Mossos d'Esquadra que lideró la investigación declaró que ni el padre ni la niña tenían pasaporte, poniendo en duda que hubiera podido viajar a Estados Unidos.
El juicio, que finaliza este jueves, empezó con la declaración de los dos acusados, que negaron la estafa y la madre, Margarida Garau, aseguró que todas las cuentas las manejaba su marido, Fernando Blanco.
La niña vive actualmente con una tía materna en Binissalem, municipio al que se trasladó en diciembre de 2016 cuando el juzgado dictó prisión provisional para su padre y libertad con cargos para su madre, que perdió su custodia y solo puede verla los fines de semana.
El padre fue detenido en diciembre de ese año en La Seu d'Urgell (Lleida) huyendo de un control policial en la comarca de la Cerdanya, durante un operativo que los Mossos d'Esquadra había activado ante su riesgo de fuga y al ser arrestado le encontraron una pistola de fogueo.