La Agencia Tributaria ha puesto el foco en la declaración de los alquileres en la campaña de la renta de 2018, en la que se enviarán 700.000 avisos, un proceso que puede resultar complicado, según reconocen los asesores fiscales.
Estas son algunas claves sobre cómo los propietarios tienen que declarar las rentas del alquiler en el IRPF:
¿QUÉ SE TRIBUTA?
Los ingresos obtenidos del alquiler menos los gastos asociados al propio arrendamiento.
¿QUÉ GASTOS PUEDEN DEDUCIRSE?
- Impuestos como el IBI o la recogida de basura, la comunidad de vecinos o los seguros.
- Los intereses de la hipoteca y las pequeñas reparaciones, que de forma conjunta no pueden superar los ingresos de ese año.
- La amortización del inmueble. Cada año puede deducirse un 3 % del valor de la construcción, un importe que se consulta en el catastro.
- La amortización del equipamiento (muebles, electrodomésticos o una reforma integral), un 10 % del valor cada año durante diez ejercicios.
¿HAY ALGUNA REDUCCIÓN?
Los alquileres para domicilio habitual disfrutan de una reducción del 60 % a la cantidad resultante de ingresos menos gastos. Los alquileres turísticos no pueden aplicarla.
¿CUÁNTO SE TRIBUTA?
El rendimiento neto (ingresos menos gastos), una vez aplicada si procede la reducción, se suma a la base general del IRPF y se tributa según el tramo correspondiente.