La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, ha sido nombrada la mujer más poderosa del mundo por la revista Fortune, en una nueva edición de su clasificación de las 50 mujeres más influyentes del planeta, con lo que regresa al primer puesto tras ocupar la segunda plaza el año pasado.
Acompañan a Ana Botín en el podio la consejera delegada de la farmaceútica británica GlaxoSmithKline, Emma Walmsley, y la presidenta del fabricante de electrodomésticos chino Gree Electric Appliances, Dong Mingzhu.
La cabecera estadounidense destaca el sólido desempeño del Banco Santander en el mundo durante 2018, con ingresos que ascendieron a 48.424 millones de euros, en buena medida gracias a la actividad del grupo en Latinoamérica (Brasil y México, principalmente).
Fortune destaca, asimismo, el "progreso" conseguido desde que Ana Botín llegó a la presidencia del Santander en 2014 para "reforzar el capital del banco, aumentar la vinculación de los clientes y digitalizar las plataformas".
La lista de las mujeres más poderosas del mundo se ha convertido en un termómetro de la influencia del género femenino en el mundo de los negocios y las grandes empresas.
La revista pone de manifiesto que en 2019 solo 14 mujeres encabezan alguna de las 500 mayores compañías del mundo, lo cual representa un ligero incremento frente al año anterior, cuando se contabilizaban 12, pero muestra también que hay todavía margen de mejora.
Un tercio de las mujeres que componen esta lista son nuevas incorporaciones fruto de su reciente nombramiento al frente de grandes multinacionales, como Jessica Tan, consejera delegada de la compañía china Ping An Group; Ilham Kadri, consejera delegada de la multinacional química belga Solvay, o Emma Fitzgerald, de Puma Energy, una de las mayores empresas de Singapur.
También destacan algunas mujeres que recientemente han sido ascendidas dentro de sus firmas actuales, como Andrea Marques de Almeida, consejera delegada de Petrobras; Anne Rigail, de Air France, y Maki Akaida, de la empresa textil japonesa Uniqlo.