El ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha anunciado que se van a revisar las fórmulas de jubilación anticipada voluntaria para «desincentivarlas» y a impulsar los planes de pensiones de empresa, con una mejora de su fiscalidad en detrimento de la de los planes privados.
Durante su comparecencia en la Comisión de Seguimiento y Evaluación de los Acuerdos del Pacto de Toledo del Congreso, Escrivá ha señalado estas medidas, junto a la revisión e impulso de los incentivos para los que decidan retrasar su jubilación, como «principales líneas» de su ministerio.
«Son palancas de actuación siempre en el marco del Pacto de Toledo», ha subrayado Escrivá, que ha reiterado la solvencia de la Seguridad Social y ha defendido que el aumento del gasto por el envejecimiento de la población es «manejable» con instrumentos adecuados.
Esto es tomar el pelo al personal. El coste de las prejubilaciones lo asumen las empresas y en muchos casos un porcentaje de vacantes se cubre con trabajadores jovenes. Cuando los prejubilados llegan a la edad que la legislación les reconoce el derecho a la jubilación anticipada (2 o 4 años antes de la jubilación ordinaria) es porque cumplen los requisitos establecidos, entre ellos haber cotizado un numero importante de años (entre 33 y 35 años). Aquí lo que ocurre es que no quieren pagar lo que cada trabajador ha aportado durante años y el único interés es que nos muramos trabajando y al menor coste posible.