El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y el de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, han visitado este viernes el Hospital de la Paz; una visita envuelta en la polémica, por los abucheos que han recibido los dos primeros a su llegada, y por el malestar que ha provocado en el Gobierno madrileño, por no haber contado Moncloa con ellos, según han denunciado.
Sánchez e Illa han llegado juntos a este hospital minutos antes de las 11.00 horas para visitar, en concreto, la Unidad Central de Investigación Clínica y Ensayos Clínicos, y han sido recibidos con gritos de 'fuera', abucheos y el ruido de alguna cacerola por parte de un grupo de unas treinta personas que le esperaban a las afueras del centro hospitalario.
Además de las protestas a la entrada, la visita ha generado también polémica por las quejas del Gobierno madrileño de no haber sido informado ni invitado a este acto y de haberla fijado precisamente un día que la presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso, se encuentra en Barcelona.
Finalmente, ha acudido el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, quien a su llegada ha recibido aplausos por parte de los concentrados a las puertas La Paz, aunque también se ha escuchado que alguien le llamaba 'mentiroso'. A su salida, ha confirmado en declaraciones a los medios que el Gobierno no les informó de su intención de visitar la Paz.
«Cuando por primera vez el presidente del Gobierno decide pisar un hospital de la ciudad de Madrid, que no haya sido invitado no quiere decir que no tengamos la cortesía institucional con él para acompañarle», ha denunciado.
Y ha ahondado en que «parece extraño que se aproveche que no está Ayuso para visitar un hospital y no se invite a nadie». «Alguien podría pensar que cómo es posible que se visite un hospital de la Comunidad de Madrid sin la presidenta y sin el alcalde», ha apostillado.
Moncloa hizo pública esta visita a última hora de este jueves, en la agenda del Gobierno que cada día difunde alrededor de las 21.00 horas. En ella no se mencionaba la presencia de ningún miembro del gobierno regional, y se explicaba que tendría cobertura oficial, es decir, sin posibilidad de hacer seguimiento por parte de los medios de comunicación dentro del hospital.