El rey Juan Carlos ha presentado este miércoles una declaración tributaria voluntaria «sin requerimiento previo», de la que ha resultado una deuda, ya satisfecha, por importe de 678.393,72 euros, incluyendo intereses y recargos.
Así lo ha informado en un comunicado el abogado del rey emérito, Javier Sánchez-Junco, que añade que en cualquier caso don Juan Carlos continúa, «como siempre ha estado», a disposición del Ministerio Fiscal «para cualquier trámite o actuación que considere oportunos».
El pasado domingo, el diario «El País» informó de que el rey Juan Carlos tenía previsto presentar en Hacienda esta declaración voluntaria para regularizar su situación tributaria.
La declaración, según este periódico, no está relacionada con bienes en el extranjero, sino con el uso por parte del rey emérito y algunos familiares suyos de tarjetas bancarias con fondos opacos de un empresario mexicano que está siendo investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo.
Según el diario, el uso de esas cuentas tuvo lugar entre los años 2016 y 2018, cuando Juan Carlos I ya había abdicado y perdido la inviolabilidad.
Este mismo miércoles, la portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha eludido comentar la posibilidad de que el rey Juan Carlos fuera a regularizar su situación fiscal debido a que se trata de información reservada sobre un contribuyente y se remitía a la casa real sobre cualquier asunto relacionado con el rey emérito.
«El Gobierno seguirá trabajando para que todos los contribuyentes cumplan con sus obligaciones fiscales procedan de donde procedan y vivan donde vivan», ha añadido en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.
En ese contexto, Montero ha señalado que hay que combatir con la ley cualquier fraude fiscal, al tiempo que hay que dar asistencia técnica a las personas que quieran cumplir con sus obligaciones tributarias.
La regularización voluntaria puede presentarse en cualquier momento antes de que la Agencia Tributaria abra una inspección o un juez cite a declarar como investigado por presunto fraude fiscal o blanqueo de capitales.
El rey emérito salió de España el pasado mes de agosto y reside desde entonces en Emiratos Árabes Unidos como huésped del jeque Mohamed Bin Zayed, príncipe heredero de Abu Dabi.