La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha planteado este jueves que su principal preocupación respecto a la ley trans es que el concepto de elegir el género «sin más que la mera voluntad o el deseo», lo que puede poner en el riesgo los criterios de identidad de 47 millones de españoles.
Calvo, entrevistada en la emisora catalana de la Cadena Ser, ha subrayado que ese proyecto necesita «calidad normativa» y «seguridad jurídica» para evitar que los nuevos derechos que se tratan de regular colisionen con derechos ya existentes.
La vicepresidenta del Ejecutivo, que es también responsable de Igualdad del PSOE, ha recalcado de este modo que sus discrepancias con el proyecto redactado en el Ministerio de Igualdad no están en los detalles, sino en conceptos de fondo.
«No me preocupan los detalles», ha afirmado Calvo, para quien el problema del texto no es que se fije la edad de 16 años para el cambio en el registro sin necesidad de informe médico ni consentimiento de los progenitores, si bien los asuntos que afectan a menores deben estar «particularmente protegidos».
Pero más allá de eso, la cuestión es que las leyes tienen que ser «muy escrupulosas» y deben tener la suficiente seguridad jurídica como para que los nuevos derechos que protegen no entren en colisión o mermen los ya consolidados.
Algo que -en su opinión- puede ocurrir con la legislación de propone la ministra Irene Montero «poniendo en riesgo los criterios de identidad del resto de los 47 millones de españoles».
«Eso tendrá que tener unas garantías, una estabilidad y unos criterios como tiene el derecho en términos de seguridad», ha añadido Calvo, partidaria trabajar en el «acuerdo político» y en «la finura jurídica» aunque sea «lo más rápidamente posible».