El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha confirmado que además de los 40 guardiaciviles heridos el pasado viernes a consecuencia del «ataque violento» acaecido el pasado viernes en la valla de Melilla, más de cien gendarmes marroquíes resultaron heridos y, algunos de ellos muertos. Además, ha admitido que no había visto aún las imágenes de los fallecidos amontonados en Nados -23 migrantes muertos según las autoridades marroquíes, una cifra que las ONG elevan a 37- cuando dijo que el ataque había sido bien resuelto por las fuerzas de seguridad de Marruecos y España.
El pasado viernes, la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) de Nador, la ciudad del Reino alauí más cercana a Melilla, informó de la muerte de al menos dos gendarmes de ese país. No obstante, ese supuesto no había sido confirmado ni por Marruecos ni por España. Sánchez ha explicado en una entrevista con la Cadena Ser en relación con la integridad territorial y la soberanía nacional que supone el compromiso con la OTAN, que además de que España es «solidario» con los países que ven una amenaza en ese sentido, también se puede «exigir la solidaridad en el caso de que España la necesite en el futuro». «Esperemos que eso nunca ocurra», ha deseado Sánchez que, sin embargo, ha admitido que en el flanco sur y en el flanco oeste hay «riesgos y amenazas a las que habrá que responder en el caso de que se materialicen».
Respecto a la «tragedia» de Nador, Sánchez ha afirmado que es el «último acto de un drama que empieza mucho antes, a muchos kilómetros» en este caso en Sudán. Sánchez ha dicho que «por supuesto» hay que ser «empáticos» y ponerse en la piel de aquellos migrantes que han sufrido y han muerto y de sus familias, pero a continuación, ha pedido ponerse «en la piel y en los zapatos» de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado de España. Asimismo, ha defendido el derecho de los compatriotas en Ceuta y Melilla a tener sus fronteras «seguras» y a poder vivir «con tranquilidad» en estas dos ciudades autónomas «que son también España».
Por ello, ha propuesto trabajar en Sudán para evitar «tragedias» como la de Nador porque es el país del que viene muchos migrantes a los que se ve saltar la valla de Melilla «de forma violenta». En todo caso, ha calificado de «amenaza» cualquier intento de un grupo «importante» de migrantes de cruzar la valla. A su juicio, la política migratoria no puede ser solo de refuerzo de fronteras, sino que se tiene que trabajar con los países de tránsito para dar una respuesta «omnicomprensiva a un fenómeno tan complejo como la migración» y por ello, ha dicho que España defiende la necesidad de contar con un pacto de migración y asilo. Por ello, ha destacado que España ha aumentado en los últimos presupuestos generales del Estado a 3.500 millones de euros para la cooperación al desarrollo en los países de origen y tránsito de la migración y ha recordado que la Unión Europea es «el principal donante de África» en cooperación al desarrollo.
Por otro lado, Sánchez ha confirmado que no había visto las imágenes de fallecidos, heridos y detenidos agolpados en Nador cuando dijo que la situación se había resuelto bien por parte de la gendarmería de Marruecos. «Yo conocí esas informaciones, las imágenes, después de hacer esa declaración», ha aclarado el presidente que ha añadido a continuación que «es evidente» que lamenta las muertes que se han producido en Nador. Pero ha insistido en que «este es el último acto de una tragedia que empieza mucho antes, muchos meses antes». Preguntado por si considera si la gendarmería marroquí se ha podido extralimitar ha vuelto a insistir en que hay que ponerse en la piel de todos y cada uno de los actores de la frontera en España. Del mismo modo, ha subrayado que España es el único país de la Unión Europea que tiene frontera con África, por tanto es allí donde se puede observar la «brecha más importante» de desigualdad.
En su opinión, el problema migratorio incluye hablar de mafias, pero también de la «necesidad» de que el Gobierno de España y también Europa refuerce su ayuda a la cooperación y el desarrollo en los países de origen y tránsito que sufren de esta «migración irregular», como Marruecos, al que considera que «hay que ayudar a gestionar» la lucha contra las mafias y controlar los flujos de migración irregular que llegan a nuestras fronteras. Finalmente, ha reivindicado el derecho de Ceuta y Melilla a tener una migración ordenada y a «no estar al albur de ataques violentos» en sus propias ciudades, donde en los últimos doce meses se han intentado, al menos ocho ataques en Melilla, «organizados por mafias, con personas armadas, con garfios, con palos, con cuchillos, con hachas».