El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha llamado a los españoles a desconfiar de los «curanderos» que «prometen falsos remedios a enfermedades reales» porque nadie puede predecir el futuro, «pero no quiere decir que debamos limitarnos a esperar a que llegue ese futuro». En una coyuntura capitalizada por la guerra de Rusia en Ucrania y la elevada inflación el líder del ejecutivo de coalición ha reafirmado: «Actuamos con contundencia frente a la COVID. Ahora toca hacer lo mismo frente a la inflación. Me voy a dejar la piel para defender a la clase media trabajadora de nuestro país» ha afirmado Sánchez en el primer lance del Debate sobre el Estado de la Nación.
En su primera intervención en el Congreso, Sánchez ha dibujado un panorama complejo, en el que la guerra de Ucrania y el alza de precios tendrán consecuencias en las vidas de las personas. Según el presidente será necesario tomar acciones que lleven a «incrementar el teletrabajo, fomentar el transporte público y regular las temperaturas, podemos hacerlo y lo vamos a hacer», como forma de apuntalar la recuperación económica, y salvar los obstáculos de la dependencia energética revelada en toda Europa tras la guerra de de Rusia en Ucrania.
«Somos europeos a las duras y a las maduras. No solo estamos aquí para ser ayudados», ha asegurado Sánchez quien se ha autodefinido como un líder que toma medidas responsables a favor de la mayoría social, en contraposición a lo que ha llamado «curanderos». «No crean que se puede solventar el problema de la inflación de la noche a la mañana. Será posible conociendo nuestras fortalezas para fomentarlas», ha asegurado, señalando así a las exportaciones que se recuperan paulatinamente, el tirón del turismo que afronta una temporada con grandes previsiones, la recuperación de cadenas suministro, y las respuestas tanto de BCE como las medidas nacionales y europeas que se han ido adoptando, como el acuerdo ibérico para establecer un tope del gas que limite el precio de las facturas en España y Portugal.
Sánchez ha arrancado el debate del estado de la nación asegurando que es «plenamente consciente» de «la angustia, la frustración y las dificultades cotidianas» de los españoles debido a la inflación y a la situación económica y ha pedido actuar juntos para superar este escenario. Sánchez ha iniciado su intervención con un mensaje de confianza a los ciudadanos para remontar esta nueva crisis como ya se hizo con otras situaciones parecidas durante la democracia. «A pesar de todas las discrepancias, miedos y tropiezos, los españoles nunca perdimos la confianza en nosotros mismos. Hemos sabido estar juntos cuando los problemas han amenazado nuestra convivencia», ha afirmado. En su primer debate de política general como jefe del Gobierno, Sánchez ha tenido también palabras para condenar la guerra en Ucrania y el comportamiento «despiadado» del presidente ruso Vladímir Putin.
Los primeros aplausos a Sánchez han sido especialmente significativos. El primero ha llegado bastante pronto, tras una referencia a las personas fallecidas en la pandemia de coronavirus. Sánchez ha recordado los «más de dos años de grandes sacrificios, de pérdidas de vidas humanas a consecuencia de la Covid. Vidas que no podremos olvidar mientras vivamos». El segundo ha venido tras un recado a la oposición: «Mucho ha cambiado desde 2015, el poder judicial no». El tercero se ha echo sentir antes de la primera media hora de discurso, al fijarse Sánchez en los países europeos con una inflación mayor que España, país que junto a Portugal marca los precios mayoristas de la electricidad más bajos de toda la Unión Europea (UE), un dato celebrado por los diputados que apoyan al Gobierno de coalición.