El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha animado a los líderes iberoamericanos a «mirar más allá» de las fronteras de sus países tras denunciar con firmeza la «guerra de agresión» de Rusia en Ucrania y reivindicar que América Latina tiene que hacer oír su voz en el mundo. Sánchez ha abierto su intervención en el plenario de la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Santo Domingo, hablando de la guerra de Ucrania, una cuestión que genera cierta división entre los países de América Latina, más proclives a la no injerencia y que en el caso de Venezuela y Nicaragua se han alineado con las tesis de Moscú.
En este sentido, ha denunciado que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha violado «los principios más básicos de convivencia pacífica» entre naciones con su invasión a Ucrania. «Lo que está ocurriendo es un intento más del viejo imperialismo» frente a un país que lo que está haciendo es defender su libertad e integridad territorial, ha denunciado, al tiempo que ha defendido los esfuerzos del presidente ucraniano, Volodimir Zelenksi, en pro de una «paz justa y duradera».
Sánchez también ha roto una lanza a favor de encuentros como la Cumbre Iberoamericana en un contexto como el actual, con las consecuencias que ha traído consigo la guerra y con los efectos de la pandemia aún sin haber quedado atrás. «Nuestros ciudadanos reclaman respuestas y solo podremos darlas mediante la acción multilateral», ha reivindicado. Las cumbres son «una extraordinaria oportunidad para seguir avanzando en la agenda común que contribuya a reforzar el papel de lo iberoamericano en el nuevo concierto global que se está definiendo», ha incidido el presidente del Gobierno.
En este sentido, ha apostado por una América Latina «más estratégica y con voz propia en el mundo». «Todos somos conscientes de la fuerza de nuestra región», ha subrayado. «Prestemos atención a lo que sucede más allá de nuestras fronteras, ya sabemos cómo impactan los movimientos externos en nuestras sociedades en un mundo cada vez más interrelacionado y el hilo que nos une es cada vez menos invisible», ha sostenido. «Tenemos ante nosotros una enorme oportunidad, también responsabilidad, que se alza ante nosotros si somos capaces de responder a estos desafíos», ha sostenido. «Juntos podremos avanzar hacia un futuro mejor», ha rematado.
Asimismo, ha defendido la necesidad de una América Latina «más justa, inclusiva y feminista» frente al aumento de la desigualdad y la pobreza. Para ello, hacen falta «más recursos», ha reconocido, de ahí que España haya venido trabajando «con las instituciones financieras en iniciativas que permitan a los países de renta media acceder a financiación internacional en condiciones adecuadas». Pero estos recursos externos, ha dicho Sánchez, deben completarse con «políticas fiscales progresistas justas que puedan financiar servicios públicos de calidad», felicitándose de que algunos países ya hayan hecho progresos en esa dirección. También ha resaltado las «fortalezas» de la región, como su población joven y universitaria o el contar con una gran reserva de litio, entre otras, incidiendo en el «potencial» que esto representa.
Como se esperaba, Sánchez ha expuesto a sus homólogos iberoamericanos la voluntad de España de relanzar las relaciones entre la UE y América Latina, haciendo mención especial a la cumbre entre la UE y la CELAC que se celebrará en julio en Bruselas. Será una cumbre, ha dicho el presidente, «de amplio contenido político, económico, social y medioambiental, no solo declarativo sino también ejecutivo». El objetivo será intentar «establecer un diálogo político estructurado y sistemático» que permita abordar los desafíos globales acompañado por «una agenda compartida de inversiones con proyectos de alto impacto estratégico y alcance regional» vinculados con la transición ecológica y la agenda social. España, ha dicho Sánchez, también aspira a avanzar en los acuerdos comerciales de la UE con Chile, México y con Mercosur. «Ojalá podamos lograrlo», ha señalado respecto a este último, el más complicado.