Esta semana se ha anunciado un «paso histórico» para el anarcosindicalismo en España. Tres organizaciones históricas como son CGT, CNT y Solidaridad Obrera han presentado los trazos de un acuerdo que persigue la unidad de acción de las tres organizaciones en un momento especialmente delicado para los trabajadores en nuestro país y a las puertas de la celebración del Primero de Mayo. El pasado lunes 10 de abril en el local de la Fundación Anselmo Lorenzo de Madrid las tres fuerzas anarcosindicalistas presentaron conjuntamente un documento compartido que hace un llamamiento a la confluencia y la unidad de acción del sindicalismo combativo, treinta años después de la división del movimiento.
Así las tres principales organizaciones del Estado del anarcosindicalismo histórico, la Confederación General del Trabajo (CGT), la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y la Confederación Sindical Solidaridad Obrera impulsan A la clase trabajadora. Por la movilización y la confluencia. Bajo este título aunaron deseos de camaradería y buenas intenciones en el seno de un movimiento político históricamente marcado por las tensiones internas y el disenso.
Maribel Ramírez, secretaria de Acción Sindical de CGT, ha reafirmado que «es una responsabilidad de todas empezar a confluir y llevar a cabo una lucha conjunta ante las agresiones que se están produciendo por parte del capital y el Estado». Por su parte Antonio Díaz, de CNT, ha expresado que la confluencia tiene como objetivo «fomentar la lucha de la clase obrera». Finalmente, José Luis Carretero de Solidaridad Obrera ha hecho hincapié en que la decisión de transitar hacia la unidad de acción llega en plena «encrucijada histórica» con tres organizaciones que comparten un «pasado común» y lo que se está planteando es «un acuerdo de presente, para construir un futuro».
Más allá de las felicitaciones compartidas y las habituales declaraciones de intenciones al principio de toda empresa, en el acto se han planteado las reivindicaciones irrenunciables para el movimiento, empezando por unas pensiones públicas dignas. Su demanda, según Díaz, atañe no solo a los pensionistas sino también y de forma decidida a todos los trabajadores. Ramírez ha añadido la intención de involucrar a la juventud en esta lucha, y Carretero ha puesto como ejemplo el clima reivindicativo en Francia, donde la reforma de las pensiones ha puesto en problemas al ejecutivo de Emmanuel Macron, y le ha obligado a variar su hoja de ruta.
Otros puntos importantes para los sindicatos anarquistas en España pasan por la lucha contra la brecha salarial, la reivindicación del feminismo y la defensa de los servicios públicos. En tono de broma los representantes sindicales citaron que «el capital y el Estado» han sido los responsables de sentar a «las tres organizaciones en la misma mesa». Así, todos ellos se comprometieron a ser «escudos en defensa de los derechos conquistados» en los tiempos venideros.