Más de un mes después de que el rey Felipe VI encargara a Alberto Núñez Feijóo la búsqueda de apoyos para conformar un gobierno, el presidente del PP se enfrenta el martes a su sesión de investidura. Vista la dificultad de que salga adelante por la imposibilidad de alcanzar los 176 votos necesarios, dicha cita parlamentaria podría utilizarse como una especie de debate general. Para la misma, el PSOE esconde sus cartas y no desvela si el presidente en funciones, Pedro Sánchez, tomará la palabra. Mientras tanto, los socialistas siguen negociando los pactos con los que pretenden revalidar el mandato del actual jefe del Ejecutivo, que está seguro de que lo conseguirá.
Fuentes de la dirección de la formación socialista explican que "lo lógico" es que Sánchez hable, pero no terminan de confirmarlo. Tampoco en Moncloa. Cabe recordar que Sánchez podría optar por no tomar la palabra y delegar únicamente en Patxi López, portavoz del PSOE en la Cámara Baja. No obstante, el "respeto institucional" que desde filas socialistas se ha trasladado al proceso deja entrever que intervendrá el presidente en funciones.
Porque ese argumento, el del "respeto a los tiempos de la democracia", ha sido uno de los principales que ha desplegado el PSOE en el último mes para evitar responder a las polémicas sobre la investidura de Sánchez, que está prevista que se celebre si fracasa Feijóo, que de momento cuenta con 172 votos afirmativos -los del PP, Vox, UPN y Coalición Canaria- y necesitaría cuatro más. Sobre todo, en lo que a la amnistía para los protagonistas del referéndum ilegal del 1-O se refiere, una de las peticiones sine qua non de Junts y ERC, necesarios para que el PSOE siga al frente de la Moncloa.
De hecho, Feijóo protagonizará un acto contra la hipotética ley que supondría el olvido de los delitos cometidos entonces este mismo domingo, dos días antes de exponer en el Congreso su proyecto. Ese acto contra la amnistía coincidirá con la celebración de la Festa de la rosa del PSC, a la que asistirá Sánchez con Salvador Illa, primer secretario del PSC. Los socialistas esperan una asistencia mínima de 10.000 personas, toda una imagen de fuerza en mitad de la polémica y con voces históricas del partido tan importantes como la de Felipe González y Alfonso Guerra, expresidente y exvicepresidente, criticando sin tapujos y en público al jefe del Ejecutivo en funciones.
Así, esa ley del silencio impuesta por Ferraz en lo relativo a las negociaciones para que Sánchez vuelva a ser investido -algo de lo que él mismo está seguro- también se aplica a las líneas con las que responderán al intento de Feijóo para ser investido. "Lo veréis el martes", lanzan fuentes socialistas en relación al argumentario que desplegarán en la sesión. Eso sí, como es habitual, el debate entre PP y PSOE ha ido subiendo de tono conforme se va acercando la fecha.
Más si cabe con los llamamientos al transfuguismo desde las filas 'populares', en las que han apelado a diputados socialistas a votar a favor de su candidato. Lo hizo así Cuca Gamarra, portavoz del PP en el Congreso, el viernes solicitando a miembros del PSOE con acta a "reconsiderar su posición" porque "merece la pena". También José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, habló en TVE y declaro que los diputados "tienen un mandato imperativo y tendrían que hacer lo que le conviene al interés general de la nación y no conviene un presidente que va a dar la amnistía".
"Es un ejercicio de puro esperpento y una muestra de lo desesperados que están ante una investidura que lo único que ha hecho es perder tiempo a los españoles", respondió Raquel Sánchez, ministra de Transportes en funciones. También hizo lo propio el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que apuntó que cualquier intento "de socavar la unidad del PSOE es un intento dirigido al fracaso".
Dos meses para un nuevo intento
Con todo, la investidura de Feijóo también da el pistoletazo de salida al reloj parlamentario. Si el candidato del PP falla y pierde también la segunda votación -que se realizará el 29 de septiembre-, Sánchez tendría dos meses para salir investido. Es decir, hasta el 29 de noviembre. Si no, se convocarían unas nuevas elecciones en enero. No obstante, en el PSOE se descarta ese escenario porque, dicen, aprendieron la lección de 2019, un año en el que hubo repetición electoral "y la gente votó lo mismo".
Asimismo, una vez el PP pierda su intento será el turno del PSOE para empezar a tener negociaciones públicas, puesto que hasta ahora los contactos han sido discretos. Habrá una nueva ronda de consultas del rey Felipe VI y fotos de las reuniones de los partidos. Y la idea del presidente es acelerar los plazos y tener un Gobierno cuanto antes.