En un acto profundamente arraigado en la tradición y la esperanza, la Cofradía del Cautivo de Melilla ha marcado el Jueves Santo con la liberación de un preso, una ceremonia que se ha convertido en un símbolo de la Semana Santa en esta ciudad española del norte de África. El beneficiado, un joven melillense de 35 años identificado con las iniciales F.A.M., había sido condenado a casi seis años por delitos contra la seguridad vial y ya había cumplido más de tres años de su sentencia.
Este emotivo evento contó con la presencia de figuras destacadas como el vicario episcopal Eduardo Resa, el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, y la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, quienes se unieron a la comunidad para ser testigos de este momento significativo. La iniciativa de liberar a un reo durante la Semana Santa, iniciada a principios del siglo XXI por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli y María Santísima del Rocío, refleja un compromiso continuo con la reinserción social y el perdón.
Desde el año 2000, cuando se instauró esta conmovedora tradición, un total de 24 internos del Centro Penitenciario de Melilla, independientemente de su religión, género o trasfondo, han recibido esta gracia especial. Seleccionados por una comisión de la Junta del Centro Penitenciario, estos internos han visto cómo se les brindaba una segunda oportunidad, evidenciando el poder transformador de la fe y la comunidad.
La justificación legal para la liberación de este año subraya que la medida no solo contribuye a la reinserción del individuo en la sociedad, sino que también ha sido respaldada tanto por la comunidad melillense como por la administración. En 2002, la Dirección General de Instituciones Penitenciarias reconoció este esfuerzo otorgando a la Cofradía y al Voluntariado Cristiano de Prisiones la Medalla de Plata al Mérito Social Penitenciario.
En particular, el auto judicial destacó que la libertad condicional anticipada se concede como un beneficio extraordinario, gracias a la petición de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo. Este apoyo no se limita a la liberación en sí, sino que se extiende durante un año posterior, en el que la Cofradía, junto con el voluntariado y los servicios sociales penitenciarios, se comprometen a acompañar al liberado, ofreciéndole orientación moral y asistencia en sus necesidades, con el fin de facilitar su plena reintegración a la sociedad.
Este gesto, más allá de su significado religioso, destaca el compromiso de Melilla con la justicia restaurativa y el reconocimiento de la capacidad de redención. Al brindarle a F.A.M. la oportunidad de reconstruir su vida con dignidad y honor, la Cofradía del Cautivo no solo celebra el espíritu de la Semana Santa, sino que también refuerza la fe en la humanidad y en la posibilidad de un futuro mejor para todos.