El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, considera «muy grave» que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se haya abierto a pactar en Europa con partidos de ultraderecha como el de la primera ministra italiana, Gorgia Meloni, tras las elecciones del 9 de junio. Sánchez ha alertado de las consecuencias de ese tipo de pactos en el coloquio que ha mantenido con el presidente del Cercle d'Economia, Jaume Guardiola, en la clausura de las jornadas anuales de este foro económico. En este mismo foro Feijóo dijo el jueves que el Partido Popular Europeo se plantea posibles pactos con los liberales, pero no descartó hacerlo con el partido de Meloni porque afirmó que no es homologable a otras formaciones de ultraderecha en diversos países de la UE.
El jefe del Ejecutivo ha recordado esa posición para asegurar que es muy grave. «Yo creo que eso es una pena, porque si algo creo que es la gran lección de la construcción europea durante estos últimos seis años es que cuando nos entendemos las grandes familias tradicionales europeas, la democracia cristiana, los liberales y la socialdemocracia, podemos hacer cosas tan impensables como mutualizar la deuda pública o centralizar la compra de vacunas», ha añadido. Sánchez ha asegurado que él no pactará de ningún modo con la ultraderecha europea, donde ha recordado que hay partidos en diversos países con planteamientos incompatibles con la idea de Europa.
Así, ha señalado como ejemplo que es muy difícil pactar una agenda de transición ecológica con quien niega la evidencia científica sobre la emergencia climática. «Hay que ser claros en estas elecciones europeas, donde nos estamos jugando mucho, y lo que no quisimos para España, no lo queramos para Europa», ha añadido antes de confiar en que tras el 9J impere la sensatez. Respecto al clima de tensión política en España, Sánchez ha reivindicado la acción de su Gobierno en asuntos como intentar recuperar la convivencia en Cataluña y ha recordado acuerdos como los relativos al Pacto de Toledo sobre las pensiones, la reforma laboral o la reforma educativa.
Pero se ha preguntado si es racional que un partido que aspira a gobernar, en alusión al PP, vote en contra de revalorizar las pensiones o pensara hacerlo en contra de la ley del suelo. Una ley que, pese a haberla retirado el Gobierno en vista de que no iba a ser avalada por el Congreso, ha defendido que es trascendental porque se necesitan garantías y seguridad jurídica en este ámbito. También ha reprochado al PP que vote contra la reforma laboral y ha dicho que todo ello es una renuncia a la legítima y necesaria competición y debate de ideas y de propuestas políticas y un intento de destruir al adversario político y convertir al presidente del Gobierno «en el enemigo publico número uno».