El expresident de la Generalitat Valenciana Francisco Camps ha asegurado este viernes que el PSOE «que ahora amnistía a quienes quieren romper España» pidió para él en las diversas causas penales en las que ejerció la acusación «un total de 100 años de prisión y más de 150 millones de euros de responsabilidad civil». En declaraciones a la COPE, el expresident ha asegurado que no le cabe en la cabeza la posibilidad de que el PP no muestre el mismo entusiasmo que él por su regreso a la primera línea política porque sus compañeros «son gente seria y preparada».
«Feijóo y Mazón ya saben de mi ilusión y vocación de servicio. La historia del PP es la de muchas personas como yo, que empezamos poniendo sillas en los mitines», ha subrayado. Camps ha considerado responsable de su persecución judicial al también expresident de la Generalitat Ximo Puig. «Algo hizo muy grave que debería ser investigado. Pasó de usar abogados privados en su acusación contra mí a utilizar la Abogacía de la Generalitat».
«Puig está condenado a pagarme las costas que nunca me ha pagado, es un mal presidente y un moroso. Obviamente no me ha llamado, ni ganas», ha agregado. Preguntado por el «fango» político actual, Camps ha recordado a la exalcaldesa de València Rita Barberá y a «tantos otros» dirigentes del PP que no han podido explicarse públicamente. «Todas, todas, todas las causas contra mi han sido inexplicables. No voy a aburrir a la audiencia, luego nos tomamos un café y se lo explico, ahora tenemos que hablar del presente y del futuro de España», ha añadido Camps.
«Lo duro para un político es no poder desarrollar todo el potencial que uno lleva dentro, no poder hacer colegios u hospitales. Me siento con ganas, experiencia, madurez y aplomo suficiente», ha insistido. Como creyente, ha asegurado que ha perdonado a todos aquellos que le han perseguido, porque estuvo «educado desde pequeño para eso».
De nuevo en clave de actualidad política, ha considerado una «tragedia» la ley de amnistía recientemente aprobada, algo que «únicamente se da tras regímenes totalitarios» y que pone en una situación «incómoda» a la justicia. Y sobre las acusaciones a la mujer de Pedro Sánchez ha señalado que cortar las relaciones con Argentina porque el presidente de aquel país «pudo hablar bien o mal de ella significa que Sánchez se identifica absolutamente con el Estado, y eso es un paso peligroso».