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España atisba el final de la 'gran inflación': los precios se moderan, pero salimos más pobres: la compra es un 30% más cara

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Puede parecer mentira, pero el episodio de gran inflación que tantos quebraderos de cabeza ha dado a los bolsillos de los españoles está muy cerca de su final. Los últimos datos del Índice de Precios de Consumo (IPC) de agosto apuntan en esa dirección. El coste de la vida aumentó 'solo' un 2,2% en agosto, una cifra casi calcada a lo que el Banco Central Europeo (BCE) considera saludable para la economía.

Tres años después de que los precios comenzaran a dispararse, la inflación está volviendo poco a poco a su cauce. Sin embargo, cualquiera que se haya pasado recientemente por un supermercado, que haya dormido en un hotel o haya salido a cenar, pensará esta visión está muy alejada de la realidad.

Lo cierto es que declarar la 'victoria' contra la inflación no es tanto acabar con la bestia como domarla. Las subidas de precios que se han visto estos años han llegado para quedarse. Salvo en contadas excepciones, el nivel de precios que había en 2021 —cuando comenzó el episodio— nunca va a volver. Lo que debería ocurrir a partir de ahora es que el coste de la vida aumente a una velocidad más asumible para los salarios. Si las tensiones geopolíticas en un mundo cada vez más impredecible no lo impiden, en los próximos años deberíamos ver aumentos de precios más razonables.

Pero, ¿se puede cantar victoria ya? Según como se mire. "En España estamos casi en el objetivo, pero lo más probable es que la inflación vuelva a subir a final de año", explica a 20minutos Ángel Talavera, economista jefe para Europa en la consultora Oxford Economics. "El episodio sí creo que está superado, pero tendremos inflaciones todavía por encima del 2% este año", agrega.

"En el momento en que los factores que determinaron la subida se han amortizado, yo diría que sí, que hemos cerrado el episodio", apostilla a este periódico Manuel Hidalgo profesor de economía en la universidad Pablo Olavide e investigador en Esade. "Lo peor del ciclo de inflación que ha producido la crisis energética ya ha pasado. Creo que la fuerza más potente en este momento es la desinflación", traslada Raymond Torres, director de Coyuntura Económica en Funcas.

Sin embargo, todavía quedan algunos resquicios que mantienen en guardia a los economistas. Se trata de los precios de los servicios, especialmente los vinculados al turismo. "La inflación de los servicios es bastante resiliente, y además, tiene que ver no ya con la crisis energética o de suministro, sino con la demanda. Hemos tenido una demanda muy pujante en servicios y ahí todavía hay un elemento de preocupación", señala Torres.

Además, hay que tener en cuenta que aún siguen vigentes algunas rebajas de IVA importantes, como la del energético —que estará al 10% durante lo que resta de año— o la de los alimentos. Cuando estas medidas de alivio se reviertan, los precios de estos productos subirán, arrastrando tras de sí la inflación. Aunque, si todo va como está previsto, el efecto sobre el IPC debería ser moderado.

Salimos más pobres

Transcurridos ya tres años del comienzo del brote inflacionario se puede hacer un balance de daños, aunque sea preliminar. Como suele ocurrir cuando los precios se descontrolan, el resultado es que, en general, los españoles son ahora más pobres que en 2021. En los últimos tres años, los precios del consumo han acumulado un alza del 16,5%. En ese mismo periodo, los sueldos —medidos como el coste salarial que pagan las empresas— han crecido en torno a un 15,7%.

Además, hay que tener en cuenta que la foto general está llena de matices. Por ejemplo, llenar la cesta de la compra es un 30% más caro que hace tres años. Según los datos que ofrece el INE, hay al menos 80 productos que han subido más que los salarios. La gran mayoría de ellos son alimentos. El aceite de oliva (un 125% más caro), el azúcar (63%), los zumos (52%) o las patatas (49%) se llevan la palma.

Pero los precios de otros bienes y servicios también han crecido con fuerza. Por ejemplo, alojarse en un hotel, hostal o pensión es un 53% más caro que hace tres años (aunque aquí hay que tener en cuenta que 2021 fue un año con fuertes restricciones por el coronavirus, que desplomaron los precios del alojamiento). Los productos de papelería cuestan hoy un 37% más, los automóviles de segunda mano se han encarecido un 28% y las cuotas de los servicios de streaming han subido un 21%.

"La inflación ya la hemos controlado, pero la subida de precios se ha quedado. Esto explica mucho el descontento, lo único que ve la gente es que los precios han subido y no han bajado. La recuperación de salarios empieza a notarse, pero la subida de precios es muy alta y cuesta digerirlo", señala Ángel Talavera, de Oxford Economics.

La parte positiva es que, si la inflación se mantiene bajo control, es probable que, en los próximos meses, los sueldos sigan recuperando algo del terreno cedido a la inflación. "Algo [de poder adquisitivo] vamos a recuperar, aunque los precios de algunos productos, sobre todo los combustibles, no van a volver a los niveles anteriores. El poder adquisitivo no se va a recuperar al 100%", zanja Manuel Hidalgo.

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