El Juzgado de Instrucción número 3 de Soria ha abierto diligencias al alcalde socialista de Soria, Carlos Martínez, tras la denuncia de la Fundación Española de Abogados Cristianos con motivo de la procesión desarrollada durante las fiestas patronales en honor de la Virgen de Rosario y San Esteban Protomártir en el municipio soriano de Tardelcuende donde el regidor, subido a un 'papamovil' simulado, fue bendiciendo a los fieles con una escobilla de WC a modo de hisopo.
Tras la denuncia de la organización de juristas contra Martínez, ahora el Juzgado de Instrucción 3 de Soria acuerda la apertura de diligencias porque los hechos denunciados podrían constituir, según la documentación aportada, un delito previsto en el artículo 525.1 del Código Penal, de escarnio o vejación de los sentimientos religiosos, castigado con multa de ocho a doce meses, según la información facilitada a Europa Press por la entidad denunciante. Y es que de acuerdo con las grabaciones, Carlos Martínez Mínguez, representante de todos los ciudadanos de Soria, simulando ser el Papa en lo alto de un vehículo que llevaba la bandera del Vaticano, usó una escobilla de váter y, después de introducirla en un recipiente, la sacudió varias veces hacia los presentes imitando el acto de esparcir con un hisopo el agua bendita entre los fieles.
En su auto, el juzgado apunta igualmente que si la Fundación Española de Abogados Cristianos pretende personarse como acusación popular deberá hacerlo, en el plazo de diez días, a través de una querella, y en su caso el instructor procederá a ponderar la exigencia o no de fianza. Polonia Castellanos, presidenta de Abogados Cristianos, ha celebrado la decisión y ha advertido de que irá «hasta el final del procedimiento porque un alcalde no puede atacar a los cristianos gratuitamente sin consecuencias».
La abogada ha denunciado igualmente que el Gobierno de Sánchez quiere despenalizar las ofensas a los sentimientos religiosos. «Tras esta noticia, vemos lo necesario que es conservar la protección de este delito», concluye. En su denuncia de los hechos, la organización de juristas recogía que, además, el alcalde iba acompañado de una comitiva en la que había personas vestidas imitando el traje de los guardias suizos del Vaticano, otros vestidos de monaguillos y otros que se hacían pasar por obispos y cardenales, de ahí que, a su juicio, «el acto de befa o burla es claro y contumaz».
Además, señalaba que los hechos denunciados no sólo tuvieron lugar «en plena vía pública», sino que fueron anunciados en redes sociales y, posteriormente, difundidos por diversos medios de comunicación, por lo que, tal y como denuncia Abogados Cristianos, «la publicidad de la ofensa amplifica el daño causado a los sentimientos religiosos».