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DANA en Valencia

Un experto dice que la DANA fue «una desgracia anunciada»: «Se daban todos los factores de riesgo»

Sostiene que los planes locales de emergencia «no han funcionado» y lamenta que la falta de comunicación «ha costado muchas vidas»

Voluntarios limpian los desperfectos ocasionados por la DANA | Diego Radamés - Europa Press

| València | |

El profesor de la Universitat Politècnica de València (UPV) y presidente de la Plataforma Forestal Valenciana, Rafael Delgado, asegura que la DANA que ha afectado a la Comunitat Valenciana en los últimos días, y que se ha cobrado hasta el momento la vida de 211 personas, ha sido «la crónica de una desgracia anunciada» porque se daban «todos los factores de riesgo para que pasara, y solo faltaba la oportunidad». Además, advierte de que estos eventos climatológicos «continuarán ocurriendo» y que «probablemente con más virulencia» mientras «no seamos capaces de enseñar a la lluvia a llover».

Paralelamente, el experto sostiene que en este episodio de lluvias los planes locales de emergencia «no han funcionado» dado «el desconcierto y las actuaciones de muchas personas», situación que atribuye a un «déficit de comunicación y formación que, desgraciadamente, ha costado muchas vidas».

«No tiene ningún sentido que existan planes en las estanterías de una administración y que, cuando llega la emergencia, la gente haga exactamente lo que no tendría que hacer porque no conoce el protocolo ni la magnitud del fenómeno al que se enfrenta», argumenta.

De esta manera lo expone el profesor de la UPV en un artículo, en el que expone la necesidad de analizar la «gravísima situación» provocada por la DANA con «los datos en la mano, la óptica técnico-científica y la escala adecuada» para superar «algunos discursos cotidianos y terraplanistas».

El experto señala en este análisis, recogido por Europa Press, que este episodio de lluvias ha supuesto «la segunda catástrofe natural» a nivel nacional «desde que hay registros» por la cantidad de pérdidas humanas. En este contexto, subraya que el riesgo de cualquier emergencia sobre la población y sus bienes «viene dado por tres parámetros: la peligrosidad, la exposición y la vulnerabilidad» y la gravedad de una emergencia «depende de la alineación» de ellas.

El profesor analiza concretamente la catástrofe humanitaria de la rambla del Poyo, en Valencia, desde la óptica forestal. Al respecto, apunta que la «potencia destructora» tanto de este barranco como de los ríos Magro y Turia ha sido «realmente extraordinaria» en este episodio. No obstante, precisa que, si se analiza el episodio de DANA que la ha causado, «no ha sido ni de lejos el más importante en términos de precipitación total».

La peligrosidad de la dana por el cambio climático

Para explicar esta situación, apuesta por consultar «otros datos que están indicándonos pistas sobre lo que pudo pasar» y en los que «encontraremos unos factores que hacen aumentar la peligrosidad de un episodio como este». Así, señala a las manifestaciones del cambio climático o el calentamiento global que, advierte, «ya están aquí».

Al respecto, apunta que el mar Mediterráneo «desde 2020 está batiendo mes tras mes los récords de la temperatura», lo que supone «el anuncio seguro de desastre, porque significa echar leña a la caldera que cocina nuestras gotas frías».

En este punto, advierte: «Los expertos nos dicen, y la temperatura del Mediterráneo nos lo garantiza, que en el futuro estos comportamientos extremos serán más frecuentes y mayores». Por ello, avisa de que las consecuencias del cambio climático «han llegado y tienen una implicación directa sobre la peligrosidad de las gotas frías».

En resumen, señala que en este episodio la peligrosidad, la exposición y la vulnerabilidad «parecen haberse alineado para provocar la gran desgracia», a las que se suman «otras variables que han añadido más vulnerabilidad, como el hecho que la emergencia se produjo en una hora punta de vuelta a las casas después del trabajo».

Cambiar el modelo económico

En este sentido, el profesor Delgado pide «mirar más allá» para proponer medidas de escala para que esta situación «no vuelva a pasar». «No hemos de repetir el error de que lo urgente y operativo sustituya totalmente a lo importante y de largo plazo, a aquello con una visión estratégica suficiente», expone, al tiempo que insiste en que, para «gestionar un problema como este, no bastan actuaciones puntuales».

La receta, según el experto, pasa por cambiar el actual modelo económico a nivel local, regional y global de «la descarbonización, el impulso de la economía de proximidad y circular, la vertebración territorial o el apoyo a las actividades agroforestales, entre otras medidas», pero lamenta que, de momento, «parece que todo va en la dirección opuesta».

Por todo ello, sostiene que el problema «no se está encarando con la suficiente seriedad, ni desde arriba ni desde abajo». Ante esta situación, platea actuar, además de sobre la mitigación climática, sobre el desbordamiento de los ríos y barrancos mediante la construcción de «hidrotecnias diversas».

"repetir en muchos lugares" actuaciones como el plan sur

En este punto, indica que se «podrían haber hecho obras extraordinarias como otro Plan Sur para negar totalmente el desbordamiento del barranco del Poyo, como se hizo con el Turia», pero reconoce que esta opción «no vaya a estar sobre la mesa». «No me imagino que toda la obra transformadora de l'Horta Sud que supuso el plan sea posible o admisible socioeconómicamente en este momento», admite.

«La riada de València de 1957 llevó como respuesta la costosísima solución final del Plan Sur. Ahora, con muchos más muertos, probablemente no nos podamos permitir una actuación como aquella, que tendríamos que repetir en otros muchos lugares del territorio, pero tenemos que asumir el coste de hacer lo posible para que no vuelva a ocurrir la catástrofe humanitaria», expone.

Y reflexiona: «Mientras no seamos capaces de enseñar a la lluvia a llover, es de esperar que estos sucesos climatológicos continuarán ocurriendo, y no solo así, sino probablemente lo harán con más virulencia. Quizás lo que ha acontecido sea la crónica de una desgracia anunciada, porque se daban todos los factores de riesgo para que pasara, y solo faltaba la oportunidad».

"enseñanzas" de la catástrofe

No obstante, pide extraer «enseñanzas» de esta catástrofe: «El mayor cambio de esta calamidad sobre otros anteriores ha sido el modelo de desarrollo en que estamos profundizando. Un modelo injusto, que discrimina territorios, que es muy insostenible y ahora vemos que también es inconsciente». Por ello, reclama «revisarlo con profundidad y honestidad» y caminar hacia «una mayor equidad territorial, cueste lo que cueste».

«No sé cómo vamos a digerir la tragedia de estas inundaciones. No será sencillo. Pero me gustaría que aprovechemos el impulso de rabia y de dolor para construir un futuro viable y posible y que no vuelva a pasar una situación así», reflexiona el profesor, que asegura que es el momento de «reivindicar que hace falta que creemos las bases para un marco territorial más resiliente frente a las catástrofes naturales».

Un escenario que comienza, según apunta, por «repensar honestamente un modelo territorial absolutamente deformado e inadecuado, empezando por la forma en que percibimos nuestro contexto actual y futuro, los riesgos reales y los retos para la sostenibilidad, sin hacernos trampas a nosotros mismos».

«No será fácil, porque la memoria es corta y demasiado pronto querremos pasar página. Pero también creo que, sin este repensamiento honesto, cualquier panegírico sobre la tragedia que nos acaba de pasar o cualquier otra que vendrá en el futuro no dejará de ser una simple impostura oportunista», concluye.

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