Las elecciones autonómicas para la Asamblea de Extremadura contarán con solo una lista con opciones de conseguir representación parlamentaria a la izquierda del PSOE, la de Unidas por Extremadura. Allí, Podemos e IU han aparcado sus —aún profundas— diferencias para conformar una alianza en la que no estará presente Movimiento Sumar, la minúscula formación de la vicepresidenta Yolanda Díaz. Pero, salvo sorpresa mayúscula, esa alianza no se replicará en Andalucía, que celebrará sus propias elecciones en 2026 y donde lo más probable es que, a la izquierda de los socialistas, concurran nada menos que tres candidaturas diferentes.
Ya en los últimos comicios andaluces, celebrados en 2022, la izquierda a la izquierda del PSOE no acudió en una única lista. Por Andalucía fue la marca que eligieron Podemos, IU y, por entonces, Más País —que terminó transmutando en Movimiento Sumar en la comunidad— para coaligarse de cara a esa cita con las urnas, tras unas negociaciones muy tensas y en las que la vicepresidenta Yolanda Díaz tuvo un papel muy relevante al imponer como candidata a Inma Nieto, de IU, por encima de Juan Antonio Delgado, la opción morada. Pero en esa coalición no estuvo presente Adelante Andalucía, la escisión de Podemos capitaneada por su exlíder, Teresa Rodríguez, que se negó siquiera a negociar su inclusión y se presentó en solitario.
Adelante, cuya principal diferencia con el resto es que se oponen a compartir gobierno con el PSOE, tanto en Andalucía como en el Ejecutivo central, volverá a participar en las elecciones por su cuenta, aunque en esta ocasión su candidata no será Rodríguez, sino José Ignacio García. Pero el resto del espacio a la izquierda de los socialistas no ha logrado aislarse de la ruptura entre Podemos y Díaz y, previsiblemente, se partirá en dos: los morados acudirán a las urnas en una lista propia, mientras IU seguirá integrada en la coalición y, en la práctica, la hegemonizará, puesto que el resto de los partidos que forman parte de Por Andalucía (Movimiento Sumar, Equo o Iniciativa del Pueblo Andaluz) son muy pequeños y no pueden rivalizar en peso con la federación que lidera Antonio Maíllo.
Esa ruptura parece ya un hecho imposible de remediar, aunque ninguno de los partidos quieren ser quienes, oficialmente, den por zanjada la cuestión. Pero, en privado, tanto Podemos como IU dan por hecho que competirán en los próximos comicios, a pesar de que la dirección andaluza de los morados sí estaba por la labor de confluir y mantener la alianza con IU en Andalucía. La decisión de romper la ha tomado la dirección estatal de Podemos para priorizar su estrategia de cara a las elecciones generales, que pasa por no compartir ninguna lista con Movimiento Sumar alegando que, en realidad, los de Díaz son una formación minúscula y con la cual no hay que contar porque, políticamente, está más cercana al PSOE que a Podemos.
Esta decisión le ha costado a la cúpula estatal del partido un enfrentamiento con su federación andaluza. Pero lo cierto es que, a diferencia de lo que ocurre en Extremadura, donde la líder morada Irene de Miguel tiene un perfil fuerte que le hubiera permitido plantar cara a una eventual negativa de la dirección estatal de Podemos al pacto, en Andalucía Podemos no tiene un dirigente con tanta influencia. Y, además, en Extremadura la dirección que lidera Ione Belarra puede aprovechar la alianza con IU para plantear que ese es exactamente el modelo que Podemos quiere para las generales: un pacto entre las dos formaciones que deje fuera a Movimiento Sumar, que es algo que no ocurriría en un eventual acuerdo unitario en Andalucía.
Fuentes de la dirección estatal de Podemos sostienen que "las condiciones que se establezcan para pactar en Extremadura serán las de todos los sitios": además de ninguna negociación con un actor que los morados consideran irrelevante, como Movmiento Sumar, "el respeto al peso de cada organización y el liderazgo" de Podemos. Y precisamente esas condiciones son, a juicio de estas fuentes, las que hacen inviable que Podemos forme parte del pacto de unidad en Andalucía: esa confluencia incluye a los de Yolanda Díaz y, además, los morados aseguran tener más militantes y mayor peso que IU incluso allí, el territorio en el que la federación liderada por Antonio Maíllo es más fuerte de toda España, por lo que —según su interpretación— el candidato debería ser de Podemos.
Así las cosas, ambas candidaturas, la de Podemos y la de Por Andalucía, han comenzado ya ha construirse por separado. Representantes de IU, Movimiento Sumar, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Equo registraron hace unos días la marca Por Andalucía como partido político ante el Ministerio del Interior, un movimiento meramente burocrático pero que evidencia que Podemos no tiene planes de cambiar de opinión y unirse a la coalición. Además, IU hizo público hace unas semanas que su preferido para ser candidato de Por Andalucía es el secretario de Organización del Partido Comunista de Andalucía (PCA), Ernesto Alba, y con toda seguridad ningún otro dirigente podrá disputarle ese puesto.
Por su parte, Podemos tiene pensado celebrar elecciones primarias en las próximas semanas para definir quién será su candidato, aunque todas las miradas apuntan a Juan Antonio Delgado, que ya intentó liderar la lista de Por Andalucía en 2022 y que fue rechazado por Yolanda Díaz, que prefirió darle el número 1 de la lista a IU. Delgado mantiene unas excelentes relaciones con la dirección estatal que lidera Belarra, si bien esta decisión de acudir en solitario a las urnas también ha supuesto bajas en la dirección de Podemos Andalucía, fundamentalmente la de quien era su coportavoz hasta el mes pasado, José Manuel Jurado, que dejó su cargo y anunció que no se presentará a las próximas elecciones en protesta por la falta de acuerdo con IU.