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Las revelaciones del emérito en la televisión pública francesa

Juan Carlos I afirma en una entrevista en profundidad en France 3 que no se arrepiente de su pasado e intenta no tener remordimientos; Franco le dijo «usted tendrá que hacerlo» al pedirle ayuda para el futuro

El rey emérito | Foto: Efe

| París |

El rey Juan Carlos I reconoció en una entrevista emitida por France 3 que cometió «errores», pero que no se arrepiente de su pasado y tampoco tiene remordimientos o intenta «no tenerlos», aunque si pudiese volver atrás tendría más cuidado. «Todos los hombres comenten errores y todo el mundo los comete», afirmó en una entrevista a la televisión pública francesa titulada «Juan Carlos I. Las confidencias de un rey en desgracia», en la que repasa su vida y los momentos más destacados de sus 39 años de reinado (1975-2014) con motivo de la publicación en Francia a principios de mes de su libro de memorias «Reconciliación».

Preguntado específicamente por los asuntos financieros o fiscales que se le reprocharon y por sus relaciones amorosas, el rey emérito respondió: «Estoy acostumbrado a oír de todo. Cada uno tiene derecho a su opinión, pero todo está resuelto, todo ha terminado. Estoy tranquilo». «Le acusan de que fue demasiado sensible o demasiado complaciente», le dice el entrevistador. «Sí, así es», afirmó el rey emérito. Y cuestionado por el periodista franco-luxemburgués especializado en Historia, realeza y patrimonio Stéphane Bern, director y presentador en France 3 del programa «Secretos de la Historia», si piensa que los españoles encajaron peor los regalos económicos que recibió o sus aventuras amorosas, dijo: «Creo que en España el dinero es más importante, pero todo es malo».

Bern le señala que en su libro dice que «no es un santo» y le recuerda que «un rey está bajo constante escrutinio y siempre es un modelo a seguir». «Recuerdo -dice Juan Carlos I- una frase que mi padre me decía de pequeño: 'Juanito, hasta en el baño te vemos'. De mayor, entendí lo que quería decir». «¿Pero a veces lo olvidó?, le dice Bern, a lo que Juan Carlos I responde con un »sí«. »¿Pero se arrepiente de algo?«, le inquiere el entrevistador. Su respuesta es también escueta: »No«. »¿Y remordimientos?«, continua el periodista. El rey emérito responde: »No, intento no tener ninguno«. Finalmente, el también director del programa »Secretos de la Historia«, cuyo último capitulo se titula »Juan Carlos, ¡Gloria y Exilio!«, le cuestiona: »Si tuviera que volver a hacerlo, ¿tendría más cuidado?«. Juan Carlos I declara: »Sí, claro".

Por otra parte Juan Carlos I reveló en su entrevista que Francisco Franco conocía sus ambiciones democráticas y que cuando le preguntó si le ayudaría para el futuro, el dictador le respondió que tendría que hacerlo él y que lo único que le pidió en su lecho de muerte fue mantener la unidad de España. «Todo. (Franco) sabía todo». Según Juan Carlos I, Franco estaba al corriente, en primer lugar porque las personas que le rodeaban en aquella época, dijo, eran del régimen y le transmitían «todo lo que pasaba en casa».

«La reina y yo sabíamos que le decían todo, pero teníamos que vivir normalmente», señaló en la entrevista concedida en su residencia de Abu Dabi. Juan Carlos I dijo que la prueba definitiva la tuvo cuando a su regreso de Estados Unidos, a donde fue en 1971 invitado por Richard Nixon, el entonces ministro español de Exteriores, Gregorio López-Bravo, le informó a su llegada al aeropuerto de Barajas que Franco tenía sobre su mesa lo publicado en la prensa estadounidense sobre sus declaraciones sobre su proyecto de apertura democrática para España. «Me dije: 'Dios mío, ¿qué le voy a decir?. Me fui a casa a asearme y después fui a verle (en el Pardo). Me dijo: ¿Cómo fue el viaje?. Y le respondí: 'Muy bien. Escuche, tengo mi entrevista aquí y voy a contársela porque está en inglés'», rememoró el rey emérito. Franco se negó y le pidió que se sentase, momento en el que Juan Carlos pensó: «Ahora, él se va a enfadar verdaderamente conmigo». Pero Franco le dijo: «Alteza, hay que decir allí lo que no se puede decir aquí. Hay que decir aquí lo que no se puede decir allí. Nada más». El entonces príncipe le preguntó: «¿General, me ayudará para el futuro?, y Franco le respondió, según afirmó, «Usted tendrá que hacerlo, yo no puedo hacerlo».

En ese momento, Juan Carlos se dijo que Franco «comprende muy bien lo que va a pasar en el futuro». «La prueba -aseguró el rey emérito- es que el día antes de su muerte, me tomo la mano y me dijo: 'Alteza, la única cosa que le pido es que mantenga la unidad de España». «Eso es lo que intenté hacer», afirmó. Cuestionado sobre sus recuerdos sobre el primer encuentro que mantuvo con Franco, Juan Carlos I rememoró que fue en 1947, en su despacho del Palacio del Pardo, siendo un niño. «Entré en su despacho; tenía nueve años, y de repente, vi un ratoncito y me puse a mirarlo. Y lo estaba mirando cuando Franco me dijo: '¿Qué miras?'. Yo era solo un niño de nueve años en pantalones cortos y todo. Le dije: 'Tienes un ratón'. Se rió, y esa fue la primera vez que lo vi», compartió.

Finalmente, aseguró que el dictador chileno Augusto Pinochet le pidió seguir «como Franco» cuando éste falleció, pero que él hizo «lo que los españoles verdaderamente querían». «Cuando tuve que ir al aeropuerto para recibir a Pinochet (...) en el coche me dijo: 'Alteza, tiene que hacer como Franco, debe hacer exactamente lo mismo. Yo le dije: 'Sí, sí, naturalmente'», pero «hice lo que los españoles verdaderamente querían», relató a la televisión pública francesa. Ese episodio de su vida no figura, precisó, en su libro de memorias «Reconciliación», publicado a principios de mes en Francia.

Rememoró, además, que una de sus preocupaciones el día de su proclamación como rey el 22 de noviembre de 1975, de la que acaban de cumplirse 50 años, fue evitar que el dictador chileno asistiese a la ceremonia. «Vinieron (él y la primera dama filipina Imelda Marcos) por el fallecimiento de Franco, pero yo no quería en absoluto que se quedará (Pinochet) el día que me convertí en rey (...). Finalmente conseguimos que se fuese». «Ese día estaba muy nervioso y preocupado porque todo fuese bien; íbamos a entrar en otra etapa, pero lo viví con mucha emoción (...) Lo recordaré siempre porque fue una jornada muy fundamental en mi vida», ya que «era la primera vez que iba a hablar a los españoles y, sobre todo, al Parlamento que era completamente franquista», señaló.

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Miris on miris, tot són guiris Miris on miris, tot són guiris | Hace 19 días

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