Carlos Duarte es un joven argentino que se ha hecho muy popular recientemente en su país por un motivo bastante particular. Su situación personal era bastante complicada y necesitaba con urgencia un trabajo. Fue en su búsqueda, y en uno de tantos sitios que visitó le dijeron que dejara el Currículum Vitae (CV). Pero había una circunstancia con la que la persona no contaba: no tenía ni dinero para imprimirlo.
«No te preocupes, toma asiento en esa mesa que están mis cosas y escríbelo, te doy una hoja», le contestó. «Qué importa que no tenga para imprimir si lo que quiere y lo que necesita es trabajar».
En la nota se refleja una experiencia no muy extensa, pero era lo de menos. A Carlos le sobraban ganas de hacerlo bien y a Euge López, propietaria de una cafetería, eso le bastó: lo contrató y le hizo sentirse el hombre más feliz del mundo.
A raíz de la publicación de esta experiencia en diversos medios del país han sido muchos los que se han interesado por su historia. Les han entrevistado para un montón de sitios y en las redes han triunfado como grandes ejemplos de empatía y superación.