No, no es cancerígeno el turrón de Mercadona. Esta es la respuesta a un bulo que se está difundiendo durante las últimas semanas a través de las redes sociales. Concretamente, se trata de una publicación en Facebook que afirma que el turrón de chocolate de La Patrulla Canina «se extrae de los excrementos del gusano de la laca», provoca «alergias y problemas digestivos» y es «cancerígeno» y «mutagénico».
El origen de la falsa advertencia está en la página de Facebook, «Saber comprar, Saber elegir», la misma ya originó hace unos meses un bulo sobre la mayonesa Hacendado. En la publicación advierten del peligro de consumir este turrón y aseguran que es «cancerígeno» y «mutagénico».
La publicación ya ha sido retirada, después de que Mercadona emitiese un comunicado asegurando que tomarían acciones legales contra los responsables de la acusación. Sin embargo, otros usuarios de la red social ya habían copiado el mensaje y sigue circulando.
«En relación a la información negativa que circula sobre el producto Chocodiskitos, podemos garantizar que todos los ingredientes que componen el producto son seguros y cumplen con todas las garantías de calidad y de seguridad alimentaria, estando autorizados por la legislación en vigor y avalados por la máxima autoridad europea en seguridad alimentaria», aseguraba la cadena de supermercados en un comunicado.
Además, la página Maldita Ciencia, dedicada a combatir contra noticias falsas en el ámbito de la salud, ha querido aclarar que este producto navideño no es tan perjudicial como afirma el post.
En la publicación, Beatriz Robles, Tecnóloga de alimentos y divulgadora, ha querido arrogar un poco de luz sobre la cuestión. La experta explica que el ingrediente principal del producto es el azúcar y que eso es lo que hace que no sea un alimento recomendable para la salud.
«El producto no es en absoluto recomendable, pero no por los aditivos supuestamente peligrosos que denuncia el bulo, sino por su perfil nutricional: es un producto ultraprocesado compuesto fundamentalmente por azúcar», explica Robles en la página Maldita Ciencia.