El exfutbolista Michael Robinson se muestra emocionado por las muestras de cariño recibidas tras el anuncio de que sufre un cáncer con metástasis. Este lunes el inglés ha pasado por el plató de 'Espejo público', donde ha hablado sobre cómo vivió una de «las peores noticias que una persona puede recibir».
«Lo viví muy de cerca con mi amigo Severiano Ballesteros. Yo me imaginaba: si eso me pasa a mí me pego un tiro», ha dicho. «Pensaba que era una pesadilla. Estaba anestesiado un par de días. Me dijeron que no tiene cura, pero sí se puede controlar. La compañía privada no cubre el tratamiento, que cuesta 14.000 euros al mes», ha confesado el comentarista.
Si en un primer momento se dijo que no había posibilidad de curación, ahora Robinson afirma que «mi médico me dijo que hay un 37 % de posibilidades de curarme». Asimismo, ha apuntado que el tratamiento médico de quimioterapia no le está provocando efectos secundarios, y que le parece un poco contradictorio el hecho de sentirse «tan bien como ahora» y en cambio estar enfermo.
«Estoy aprendiendo mucho de mí», ha afirmado, del mismo modo que ha agradecido el apoyo de toda su familia en este duro trance. Finalmente, Robinson ha hablado de la muerte. Lo ha hecho para reafirmar que no le tiene «miedo alguno. Lo que sí me produce una enorme tristeza es despedirme de mi familia antes de que haya terminado el partido. Aunque creo que soy el tipo con más suerte que conozco», por lo que se mantiene determinado a no dejar de ser optimista.
Además, ha dejado en el aire un posible cambio de residencia. «Me gustaría vivir al lado del mar. He decidido vivir como yo quiero».