Un nuevo estudio de la Universidad de California, el primero que investiga los chismorreos entre las personas, ha revelado que se dedica a ello hasta 52 minutos al día de media y desmiente que las mujeres sean más cotillas que los hombres, si bien los jóvenes son más proclives a chismorrear que los mayores.
Así, esta investigación, la primera que ha profundizado sobre quiénes cotillean más, sobre qué temas hablan y con qué frecuencia lo hacen, ha comprobado que las mujeres no se involucran más en cotilleos negativos que los hombres. Igualmente, las personas de bajos ingresos o con menor nivel educativo no cotillean más que los de mayores ingresos o más formación, pero los jóvenes sí tienen más probabilidades de hace comentarios negativos respecto a sus mayores.
«Hay una sorprendente escasez de información sobre quién cotillea y cómo, a pesar del interés y la opinión pública sobre el tema», explica Megan Robbins, profesora asistente de psicología que dirigió el estudio junto con Alexander Karan, un estudiante graduado en su laboratorio.
Para abordar esta cuestión se consideró el chismorreo o cotilleo simplemente como hablar de alguien que no está presente, tanto de forma positiva como negativa o simplemente neutral. «Con esa definición, sería difícil pensar en una persona que nunca chismorrea porque eso querría decir que sólo mencionaría a alguien cuando está en su presencia -explica Robbins-. No solo sería difícil, sino que probablemente les parecería extraño a las personas con las que interactúan».
En la investigación, Robbins y Karan analizaron datos de 467 personas de entre 18 y 58 años (269 mujeres y 198 hombres). Los participantes llevaban un dispositivo de escucha portátil que Robbins emplea en su investigación llamada 'Registrador activado electrónicamente' o EAR, por sus siglas en inglés. El EAR recoge lo que la gente dice a lo largo del día; aproximadamente el 10 por ciento de su conversación se registra y después se analiza.
Los investigadores consideraron la conversación como cotilleo si se hablaba de alguien que no estaba presente. En total, se recogieron 4.003 chismes que filtraron según tres categorías: positivo, negativo o neutral. Los asistentes codificaron aún más el chisme dependiendo de si se trataba de una celebridad o un conocido, el tema y el género del interlocutor.
La investigación, publicada en la revista Social Psychological and Personality Science, ha revelado que las personas más jóvenes se involucran en chismes más negativos que los adultos mayores. Además, alrededor del 14 por ciento de las conversaciones de los participantes fueron chismes, es decir, un poco menos de una hora de las 16 de vigilia al día.
Tres cuartos de los cotilleos eran neutrales, si bien el chisme negativo (604 casos) fue dos veces más frecuente que el positivo (376) y eran abrumadoramente más sobre un conocido (3.292) y no una celebridad (369).