En verano se multiplica nuestra vida social, cambiamos los espacios cerrados por las terrazas y las bebidas calientes por las refrescantes. Pero si es de los que se abruma y se pierde entre la gran variedad de combinaciones que ofrece el segmento de la coctelería, eche un vistazo a esta líneas y descubra los secretos de las bebidas más chic que pueden degustarse en cualquier beach club, sky bar o terraza al uso. Le prometemos que, en adelante, no volverá a torcer el rostro cuando el camarero le extienda la carta de bebidas.
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Caipirinha. He aquí un clásico de cualquier coctelería que se precie, hecho a base de
azúcar, lima y alcohol del cachaça -jugo de caña de azúcar fermentado-. La caipirinha comenzó a tomarse en los cafés de las
playas de Brasil, con el tiempo su fórmula original ha sufrido variaciones, hay quien le añade frutas tropicales como el mango y el kiwi para darle un toque dulce a la par que ácido.
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Cerveza roja de la raya. Elaborada por primera vez en la
isla de Kingston en 1928, estamos ante una rara pero refrescante variación de la cerveza. Una cerveza a la ‘jamaicana', para que me entiendan. Su consumo se recomienda especialmente los
días de más calor, y atentos porque aseguran que quien la prueba no quiere otra cosa. Aunque no es fácil encontrarla, su consumo se está generalizando y cada vez es más habitual encontrarla.
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Piña Colada. Otro clásico, su refrescante sabor le precede a nivel mundial. Su elaboración no encierra demasiados secretos:
piña, coco y ron sellan una de las alianzas estelares en el mundo de la coctelería. Su origen se remonta a las
playas caribeñas, a principios del siglo XX. Más tarde, en la década de los ‘50, Ramón ‘Monchito' Marrero, camarero de la barra del hotel Hilton Beachcomber de San Juan (Puerto Rico), lo perfeccionó añadiendo un toque de crema de coco.
■ Limoncello. Con los ácidos limones de Ravello, población situada en el corazón de la Costa Amalfitana, se prepara una de las bebidas más excitantes que nos ha dado la vieja Italia. Cuentan que los granjeros empapaban las cáscaras de sus limones excedentes en alcohol de cereales y azúcar, y una vez macerado y convenientemente refrigerado, el resultante es este digestivo dulce a la par que agrio, que empezó a tomarse como colofón a la cena pero que ya hace años que se ha ganado una merecida fama como chupito, a secas, o mezclado con hielo picado y tónica.
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Mai-Tai. Los componentes de este
sabroso cóctel son un poco más rebuscados. A saber:
ron, licor de curaçao, jarabe del orgeat -elaborado a base de almendras y lima anaranjada. Aseguran que la combinación de estos ingredientes es una explosión de sabor en el paladar. El Mai-Tai vivió un boom en los años sesenta, gracias a la película
Hawai azul, protagonizada por el rey del rock, Elvis Presley.
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Cabo Codder. Junto con la cerveza roja de la raya, el Cabo Codder es una de las bebidas menos populares del listado. Lo es, al menos, si la presentamos con su nombre original. Pero el caso es que cuando los yuppis de Nueva York la probaron se desató la locura en la Gran Manzana y alguien decidió rebautizarlo como
Cosmopolitan, o ‘cosmo', a
Lo parezca o no, su consumo se ha disparado en países como Italia, Japón, Luxemburgo, Suiza, Bélgica, Francia, Estados Unidos, Reino Unido y Francia, como ven, parte de los países más
cool, de modo que el Rosé bien merece un lugar en esta página, ¿no creen?. No obstante, sabemos que en España, cuando de refrescarse el gaznate se trata, preferimos el vino blanco, pero todo llegará...
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Margarita. Dicen las malas lenguas que fue un miembro de la alta
sociedad tejana quien lo inventó, para impresionar a la actriz
Rita Hayworth. Sea o no cierto, lo único que tenemos claro son sus componentes: tequila, cointreau y jugo de lima, cuidadosamente decantados sobre una copa de cristal bordeada con sal, hacen de este popular brebaje uno de los cócteles más solicitados en todo el mundo.
■ Daiquiri. El predominio del ron y la lima en el Caribe ha propiciado gran cantidad de cócteles. En el caso del daiquiri basta añadir un poco de azúcar para obtener una de las bebidas más exportadas, bautizada con el mismo nombre que el de una playa cercana a Santiago de Cuba. Pero no amigos, este cóctel no fue pergeñado por un nativo inquieto, sino por un grupo de ingenieros norteamericanos destinados a esa zona, solo ellos pueden atribuirse el mérito que para sí querría más de un cubano.
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Gin Tonic. Qué duda cabe de que este cóctel está viviendo una segunda juventud, pero remontémonos a sus orígenes: los británicos residentes en la India añadían ginebra a la tónica para contrastar su sabor amargo, de esa guisa nacía una de las bebidas más célebres a lo largo de la historia de los combinados. Hoy la podemos tomar de mil y una formas, algo que pone los pelos de punta a los más tradicionalistas.