Rafael Nadal y Maria Francisca Perelló viven o han vivido (según la hora en la que se lean estas líneas) sus últimas horas como solteros y este sábado a mediodía se convertirán en marido y mujer durante la ceremonia que oficiará Tomeu Català en La Fortalesa, a cuya celebración están invitadas unas 350 personas.
Este viernes no se vio a la pareja en todo el día. Aunque el tenista dio pistas de donde estaba, publicando una imagen de La Fortalesa en su cuenta de Instagram.
Los familiares más cercanos con los que los periodistas tuvieron contacto visual fueron los padres del tenista: Ana Maria Parera entrando en la Rafa Nadal Academy a mediodía y Sebastià Nadal en las cercanías de su domicilio de Porto Cristo.
Sin duda, el punto donde se concentró prácticamente todo el interés informativo fue el hotel Illa d'Or, del Port de Pollença, donde se aloja la gran mayoría de los invitados.
A primera hora de la mañana estaban desayunando Albert Costa, ganador de Roland Garros en 2002; Carlos Costa, mánager del tenista, y Ángel Ruiz Cotorro, médico de la Federación Española de Tenis.
Paulatinamente fueron llegando el resto de invitados, la gran mayoría relacionados con el mundo del tenis. Marc López ofreció la anécdota de la jornada al presentarse con su novia a bordo del flamante Aston Martin, propiedad de Rafael Nadal. «Tranquilos, no es la primera vez que lo cojo», aclaró el doblista, quien al mismo tiempo aseguró, mostrando una gran simpatía que «a mí no me fue bien, así que no soy el más indicado para dar consejos, pero Rafa es un campeón y también lo será en esta nueva aventura».
Salvo López (Marc) y David Ferrer, que ofreció su cara más amable tanto a su llegada al aeropuerto de Son Sant Joan como en el hotel, junto a su esposa, Marta Tornel, el resto de amigos de Rafa y Maria Francisca se mostraron muy parcos en palabras destacando que se trataba de un acto privado. Marc López hizo de ‘taxista' de su ‘tocayo' Feliciano López y volvió a aparecer con el Aston Martin llevando a su amigo y compañero de dobles como copiloto. El toledano, casado hace menos de un mes con Susana Gago, llegó sin su esposa y se bajó del deportivo con su raquetero, una maleta de viaje y el traje de boda, y aunque caía la tarde y el sol había desaparecido hacía tiempo, unas gafas de sol cubrían parte de su rostro y entró en el hotel sin abrir la boca. Al rato hizo su aparición en la terraza del hotel y se quejó de la presencia de medios gráficos.
A su vez, los encargados de la organización del enlace ultimaban los preparativos para que todo salga este sábado a la perfección. Un factor a tener muy en cuenta es el climatológico y, por fortuna, parece ser que los novios y asistentes disfrutarán de una jornada bastante soleada con ausencia prácticamente garantizada de lluvias a pesar de las negras previsiones de hace unos días, cuando parecía que la lluvia se podría convertir en una protagonista no deseada por nadie.
Una de las parejas más ‘guapas' fue la formada por el tenista argentino Juan ‘Pico' Mónaco y su novia, la bellísima Diana Arnopoulos, que a pesar de su apellido de origen griego es francesa. «¿Consejos a Rafa? Él me los tiene que dar a mí», explicó entre risas el tenista retirado del circuito profesional hace poco más de dos años.
Este viernes se pudo ver también al empresario y amigo íntimo del rey Juan Carlos Manuel Piñera, casado con María Teresa García, heredera del fallecido Nicomedes García, fundador de las destilerías DYC, entre otros múltiples negocios. «He visto jugar muchas veces a Rafa en Roland Garros junto al rey don Juan Carlos y también en otros torneros como Miami», explicó. Y a última hora de la tarde llegó al hotel Francisco de Bergia, director de Asuntos Púbicos de Presidencia de Telefónica y patrono de la Fundación Rafael Nadal, cargo este último que también ocupa Juan José Almagro, quien durante casi 40 años desarrolló su exitosa carrera profesional en Mapfre.
Además de Richard Mille, también aterrizó este viernes en Mallorca para asistir al evento Jean-Christophe Verborg, uno de los hombres fuertes de Babolat por su cargo de director de Marketing.
Durante toda la jornada se esperaba a gran parte de la familia de la novia, pero aunque tenían reservadas las habitaciones, decidieron que les era más cómodo llegar este sábado a primera hora al hotel.
La última anécdota de una larga jornada fue protagonizada por el tenista mallorquín Jaume Munar, quien llegó al hotel casi a las diez de la noche pero sin el DNI.
Esperemos que los novios no se olviden los anillos.