Las copas menstruales son una opción segura para el manejo de la menstruación, según señala una investigación realizada por el departamento de Ciencias Clínicas de Liverpool School of Tropical Medicine, Reino Unido, que apoya su uso entre las mujeres aunque pide mayor investigación sobre su rentabilidad y el efecto ambiental.
El estudio, dirigido por la doctora Anna Maria van Eijk y apoyado por un otros investigadores del Instituto de Investigación Médica de Kenia; del Instituto Tata de Ciencias Sociales de Mumbai en India, y la University College London, Reino Unido, ha sido publicado recientemente en 'The Lancet'.
Esta es la primera revisión sistemática y metaanálisis que examina las experiencias de las copas menstruales. Los investigadores señalan la necesidad de este estudio ya que «las niñas y las mujeres necesitan productos menstruales efectivos, seguros y asequibles».
A nivel mundial, se estima que cerca de dos mil millones de mujeres estaban en edad de menstruar en 2017, y pasaron un promedio de 65 días en el año tratando el flujo sanguíneo menstrual. La menstruación es una función normal del cuerpo y un signo de salud reproductiva, y «pocas soluciones están disponibles para manejar la menstruación», señalan en la investigación.
A juicio de los investigadores, «la ignorancia, los prejuicios, los costos y los temores de seguridad pueden impedir que las niñas y las mujeres prueben la gama completa de productos disponibles». Asimismo, se lamentan de que «la falta de productos menstruales asequibles y efectivos puede provocar fugas y rozaduras en las niñas y mujeres que menstrúan y puede afectar su salud».
El estudio proporciono información sobre fugas en comparación con otros productos, una lista de eventos adversos conocidos e información cuantitativa y cualitativa sobre aceptabilidad tanto en países de altos ingresos como en países de ingresos bajos y medianos. También evaluaron la disponibilidad y los precios de las copas menstruales. Los eventos adversos graves no fueron comunes, con cinco casos reportados de síndrome de shock tóxico.
Sin embargo, se desconoce el número de usuarias de copas menstruales, por lo que no se pueden hacer comparaciones de riesgo de síndrome de shock tóxico entre copas menstruales, tampones o el diafragma intravaginal.
Estas conclusiones se producen tras revisión sistemática y metaanálisis. Se identificaron 436 registros identificados, 43 estudios fueron elegibles para el análisis con 3.319 participantes. La mayoría de los estudios informaron sobre copas vaginales (27) copas vaginales, cinco copas cervicales y 11 copas mixtas o desconocidas; y 15 procedían de países de bajos y medianos ingresos.
Se incluyeron 22 estudios en síntesis cualitativas o cuantitativas, de las cuales solo tres fueron de calidad moderada a alta. Cuatro estudios realizaron una comparación directa entre las copas menstruales y los productos habituales para el resultado principal de la fuga y la filtración informada fue similar o menor para las copas menstruales que para las toallas o tampones desechables.
En todos los estudios cualitativos, la adopción de la copa menstrual requirió una fase de familiarización durante varios ciclos menstruales y el apoyo de los pares mejoró la captación (dos estudios en países en desarrollo). En 13 estudios, el 73 por ciento de las participantes deseaba continuar usando la copa menstrual al finalizar el estudio. El uso de la copa menstrual no mostró efectos adversos en la flora vaginal (cuatro estudios, 507 mujeres).
«Identificamos a cinco mujeres que informaron dolor severo o heridas vaginales, seis informes de alergias o erupciones cutáneas, nueve de problemas del tracto urinario (tres con hidronefrosis) y cinco de síndrome de shock tóxico después del uso de la copa menstrual», señala la autora.
Asimismo, se informó el desplazamiento de un dispositivo intrauterino en 13 mujeres que usaron la copa menstrual (ocho en informes de casos y cinco en un estudio) entre 1 semana y 13 meses de inserción del dispositivo intrauterino. La asistencia profesional para ayudar a la extracción de la copa menstrual se informó entre 47 usuarias de copa cervical y dos usuarias de copa vaginal.
Por otro lado, al observar la seguridad, el uso de la copa menstrual no se asoció con anormalidades en la vagina o el cuello uterino en tres estudios con exámenes vaginales.
España es líder en ventas de la copa menstrual en Europa, por delante de Reino Unido, Portugal, Alemania y Francia, según un estudio de datos de Intimina que ha tenido un crecimiento de ventas de un 25 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado.
Entre las ventajas que señalan de la copa menstrual es que «no absorben, sino que recogen el fluido, respeta el equilibrio íntimo y no producen sequedad asociada a otros métodos de protección tradicionales».