Con una peluca blanca, gafas de sol oscuras y con un plato de cruasanes en la mano para ofrecer a los reporteros, Ángela Dobrowolski ha decidido hacer su primera aparición pública después de que saliese a la luz que supuestamente intentase acabar con la vida de su marido Josep Maria Mainat hace tres meses inyectándole insulina.
Ha sido en ese momento cuando la mujer de Mainat ha decidido dar sus primeras declaraciones. «¿Por qué hablar si se puede comer?», ha dicho. A pesar de todo lo ocurrido durante las últimas semanas, Dobrowolski ha decidido salir con un plato de comida a la calle y tomarse la situación con humor, como se ha podido ver en el programa «Ya es mediodía». «Ha sido surrealista», ha asegurado uno de los reporteros.
Este lunes, Ángela Dobrowolski ya protagonizó otra teatral aparición cuando salió de su domicilio con una peluca negra, gafas de sol y mascarilla oscura. En esa ocasión no quisó hacer declaraciones y se metió en un taxi.