Angel y Jaco Breytenbach viven en el noroeste de Sudáfrica y el pasado 29 de enero se disponían a pasear con sus mascotas cuando decidieron echar un rápido vistazo a las cámaras de seguridad de la casa. La sorpresa fue mayúscula cuando descubrieron que había un intruso disfrutando en el fondo de su piscina.
El visitante no era otro que un cocodrilo de tres metros de longitud que, según precisó la organización Wild Heart Wildlife Foundation, podría haber llegado a la piscina desde un río cercano en medio de las fuertes lluvias provocadas por el ciclón Eloise.
Nada más descubrirlo, la pareja se puso en contacto con los especialistas, que sacaron al reptil mientras captaban el momento en un vídeo que, posteriormente, fue compartido a través de las redes sociales. En el clip, se puede ver cómo los profesionales intentan atar una cuerda alrededor de las mandíbulas del animal, que no pone las cosas fáciles. Tras varios intentos, el equipo consigue, finalmente, sacar al cocodrilo del agua y le colocan un paño blanco sobre los ojos.
Tras el rescate, el animal fue trasladado a un santuario para ser sometido a un análisis por parte del Departamento de Conservación de la Naturaleza y, después, será liberado en su hábitat natural. «No queríamos que el cocodrilo sufriera ningún daño, pero al decir esto tampoco quiero que los humanos sufran ningún daño. Creo que hay que colocar paneles de advertencia sobre los cocodrilos cerca o en las proximidades del río», comentó Angel Breytenbach.