El ilustre relojero José Rodríguez Losada, creador del reloj de la Puerta del Sol de Madrid y de parte del Big Ben de Londres, participó también a mediados del siglo XIX en la puesta en marcha del primer reloj farola de España, una pieza que ha vuelto a marcar las horas en Jerez de la Frontera (Cádiz).
El reloj farola, que ha permanecido parado 50 años, se implantó en la ciudad gaditana en 1853, con la llegada del ferrocarril.
Años después necesitó de la maestría de Rodríguez (Iruela, León, 1797), por lo que viajó a Inglaterra para someterse a las manos del relojero español que contribuyó a crear el reloj más celebre del mundo.
"Es un placer haber contribuido en una cosa tan bonita como es la de recuperar el tiempo", cuenta el relojero jerezano José María Galisteo, que se ha encargado ahora de restaurar este singular reloj farola que en sus 164 años de historia nunca ha dejado su sitio, en la céntrica Plaza del Arenal de Jerez, salvo cuando viajó a la capital inglesa.
Punto tradicional de encuentro para los jerezanos que quedan en el centro, durante casi medio siglo esta farola que también debía dar la hora ha permanecido olvidada y sin funcionar hasta que cuatro empresas privadas de Jerez decidieron devolverle la vida a este icono local ubicado en el "kilómetro cero" de la ciudad.
Los 7.000 euros que ha costado restaurar este "reloj de Losada", como se le conoce, han servido para generar "un nuevo atractivo turístico para la ciudad", explica Antonio Mariscal, presidente del Cluster Turistico Destino Jerez, una de las cuatro empresas que han financiado esta restauración junto con Hotel Jerez, Only Suites y Bookingfax.
"Es algo que te genera un valor enorme por muy poco dinero, añadimos un nuevo atractivo para Jerez y la ciudadanía redescubre el patrimonio de su ciudad", argumenta Mariscal.
La nueva maquinaria de este reloj procede de Suiza y utiliza tecnología GPS, lo que permite que si hay cortes de luz se actualice solo e incluso haga los cambios de hora automáticamente.
Galisteo ha recuperado el funcionamiento del reloj de cuatro caras y de su iluminación interior con luces LED desde su taller, ubicado a 40 metros de esta pieza.
El reloj original de péndulo eléctrico por imán, que fue creado por la empresa De Jerez al Trocadero en 1853, estaba conectado a través de un cable con la estación del ferrocarril, "un sistema muy innovador pero que fallaba más que una escopeta de caña", reconoce a Efe el presidente del Cluster Turístico.
Unos 10 años después de su inauguración, en 1866, el segundo teniente de alcalde de Jerez decidió solucionar este problema con la ayuda de Rodríguez de Losada, un liberal que huyó exiliado a Londres por su oposición a Fernando VII. Allí abrió una tienda en Regent Street y participó en la finalización del Big Ben.
Desde allí donó al pueblo de Madrid el reloj de la Puerta del Sol.
Rodríguez Losada arregló en su taller el reloj farola de Jerez por 16.000 reales.
Así, en 1867 el conocido ya como "reloj de Losada" llegó de nuevo a Jerez, donde ha permanecido hasta hoy día como un elemento de la historia inamovible pero olvidado.
"Lo maravilloso de todo esto es que es un bien mueble que no se ha movido, que ha pasado del nada al todo, de ser invisible a visible, porque no se ha traído de ningún lado ni se ha comprado, siempre ha estado ahí aunque sin funcionar", cuenta Mariscal.
La maquinaria original de Losada fue desmontada en los años 70 y almacenada, hasta que en 2001 fue expuesta en el museo Palacio del Tiempo de Jerez, donde, según Mariscal, tiene que estar "por el enorme valor museístico que tiene".
Restaurado, el que fuera el primer reloj farola de España vuelve a marcar las horas y a dar luz, dispuesto a seguir siendo un punto de citas y a resistir el paso del tiempo.