Este miércoles no era un día cualquiera. El primer eclipse lunar del año cobró forma, un acontecimiento que no llegó solo, ya que con él coincidieron una superluna de flores y la luna de sangre, un fenómeno especial que tiñe al satélite de un color rojizo muy peculiar, al quedar oscurecido por la sombra de la Tierra. Eso sí, no se vuelve completamente opaca.
La superluna ocurre cuando una luna llena o nueva coincide con el acercamiento más próximo de la Luna a la Tierra. Este hecho, según los expertos, ofrece la imagen más nítida del satélite que pueda contemplarse en todo el año. También provoca que se vea más grande.
Además, el hecho de que se produzca a finales de mayo le agrega el apelativo floral. Su origen procede de las comunidades americanas tradicionales, que de este modo resaltan el momento de mayor floración en la naturaleza. El eclipse lunar total se produce cuando nuestro planeta pasa entre la Luna y el Sol y los tres cuerpos celestes deben estar perfectamente alineados. El evento no fue visible desde Mallorca, al igual que el resto de España, pero desde algunos puntos sí se pudo disfrutar de la superluna de flores y de sangre, un espectacular acontecimiento astronómico.