El yacimiento helado de Digervarden, ubicado en la región noruega de Oppland, ha sido testigo del descubrimiento del juego de esquís anteriores a la edad de los vikingos, con un antigüedad de más de 1.300 años, mejor conservados del mundo, gracias al programa arqueológico Secrets of the Ice, recoge Gizmodo.
El hallazgo de ambos ha llegado con siete años de diferencia, pues fue en 2014 cuando los arqueólogos dieron con el primero. Desde entonces han estado esperando a que el hielo de la zona presentara las mismas condiciones que ese año para poder buscar a su compañero.
Ha sido a finales de este mes de septiembre cuando los expertos han podido desplazarse al lugar para estudiar de nuevo el terreno. Allí, a escasos cinco metros de donde encontraron el primer esquí, han encontrado el segundo.
La misión estuvo a punto de torcerse, primero porque no pudieron desenterrar el nuevo esquí porque no llevaban el equipo necesario, y después porque una fuerte nevada volvió a cubrirlo. Sin embargo, cuando la situación meteorológica mejoró, pudieron regresar y rescatarlo.
Necesitaron una pala, un piolet para picar el hielo y agua templada, calentada en una cocina de gas, para poder extraer el esquí, pero mereció la pena. La pieza mide 187 centímetros de largo, 17 más que su gemelo, y 17 de ancho, 2 más que el primero, y consta de "tres fijaciones de abedul retorcidas, una correa de cuero y un tapón de madera que pasan por el agujero del punto de apoyo".
Presenta, además, otras diferencias con el primero, entre ellas, varias tallas en la parte delantera y la forma de la parte trasera: la del esquí hallado en 2014 es recta, mientras que la del 2021 es puntiaguda. Por otro lado, los dos cuentan con un agujero en un extremo y no tenían "la parte superior de la fijación de la puntera".
Gracias al hallazgo los expertos han descartado la teoría de que los esquís antiguos llevaban un forro de piel debajo, ya que tenía marcas de agujeros en él, una señal que no aparecía en su compañero, y, dado que aún conservaba la correa de cuero, podrán estudiar de qué forma se utilizaban y cómo se fabricaban.
Lo que sigue siendo un misterio es a quién pertenecieron y para qué se destinaban, han señalado los arqueólogos, que se han atrevido a compartir varias hipótesis. Los esquís pudieron quedar sepultados tras una avalancha, o quizá su dueño pudo perderlos en un accidente que le dejó muy herido o incluso provocó su muerte.