Aunque ya no sea obligatorio su uso en los espacios al aire libre, siempre y cuando se pueda mantener la distancia física de seguridad, la mascarilla se ha convertido en estos dos últimos años en un elemento indispensable en nuestra rutina diaria.
Desde el estallido de la pandemia en marzo de 2020, el uso de la mascarilla se ha generalizado entre la población y todavía sigue siendo obligatoria en espacios cerrados como bares, trenes, autobuses u oficinas, entre otros lugares. Son fundamentales para evitar la transmisión del virus y existen distintos tipos según el poder de filtración.
En este sentido, la mascarilla tipo FFP3 es una de las más eficaces para protegernos a nosotros mismos y al resto de personas. Pero, ¿en qué situaciones se recomienda su uso? ¿Cuáles son sus características?
En cuanto a las FFP3, al igual que el resto de mascarillas consideradas como Equipos de Protección Individual (EPI), se aconseja fundamentalmente "para su empleo por profesionales para crear una barrera entre un riesgo potencial y el usuario", aunque también están aconsejadas para "grupos vulnerables", tal y como destaca la guía elaborada por el Ministerio de Consumo.
Este tipo de mascarillas se encargan de "filtrar el aire inhalado" para evitar la entrada de partículas contaminantes en el organismo. La eficacia de filtración de las FFP3 es del 98%, con concentraciones ambientales hasta 50 VLA.
La durabilidad dependerá del fabricante, aunque las autoridades sanitarias no recomiendan su uso durante más de cuatro horas seguidas o durante una jornada de trabajo de ocho horas. Además, si está dañada o húmeda hay que desecharla y cambiarla por una nueva.
Según indica el Ministerio de Consumo, es posible adquirir las mascarillas FFP3 en farmacias, tiendas especializadas y grandes superficies, al igual que las FFP2 y FFP1. El precio depende del establecimiento, pero oscila entre los 3 y 5 euros por unidad de media. Además, es posible adquirirlas en paquetes a un precio unitario más reducido.