Los fabricantes de leche de fórmula, destinada a sustituir la lactancia materna, han perfeccionado sus técnicas de marketing y han ido hasta utilizar argumentos falsos y distorsionar la ciencia para intentar convencer a las madres de que sus productos son equivalentes y hasta mejores que la leche materna para sus bebés, dijo este martes la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de la evidencia científica de las numerosas ventajas de la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad y su continuación hasta los dos años o más, que incluyen una poderosa defensa inmunitaria y contra la malnutrición, las tasas de lactancia materna prácticamente no se han movido en los últimos veinte años, mientras que las ventas de leche de fórmula se han más que duplicado y el sector ha alcanzado un valor de 55.000 millones de dólares.
La OMS publica junto con Unicef un informe que desmenuza las técnicas que utiliza la industria para influir en las decisiones de los padres relativas a la alimentación de los recién nacidos y bebés, y entre las cuales está la utilización «invasiva» de mensajes dirigidos particularmente a las madres, redes de consejos y líneas de ayuda financiados por las compañías y promociones y muestras de regalo. Según el estudio, que se basa en sondeos con un total de 8.500 padres y 300 trabajadores de la sanidad en ocho países de todas las regiones, más de la mitad (51 %) fueron el blanco de estrategias de márketing carentes de toda ética y que en muchos casos consiguieron disuadir a la mujer o a la pareja de optar por la leche materna «que sabemos que es lo mejor para los bebés y las madres». «Las compañías de leche de fórmula distorsionan la ciencia y la medicina para legitimar sus afirmaciones y promover sus productos», afirma la OMS.
Con esta conducta, la industria viola el Código Internacional sobre Márketing de Substitutos de Leche Materna, adoptado en 1981 por los Estados que integran esa organización y que aunque no tiene la categoría de una convención o un tratado legalmente vinculante, constituye una recomendación de peso. Ese código busca justamente regular el márketing sobre la leche de fórmula y evitar derivas como las que se constatan en su informe. «En cuarenta años, el marketing de la leche de fórmula sigue representando uno de los mayores riesgos no reconocidos para la salud de los bebés y niños. Aumentar la lactancia materna evitaría la muerte de unos 800.000 niños menores de cinco años y 20.000 casos de cáncer de mama entre las madres cada año», asevera la OMS en el informe.
La exposición al márketing de leche de fórmula es desigual según los países, con una intensidad mayor vista en Asia. En China, un 97 % de mujeres sondeadas dijeron haber estado expuestas, y en Vietnam, un 92 %. El Reino Unido es otro país donde un porcentaje muy elevado (84 %) de mujeres reciben esos mensajes disuasivos de optar por la lactancia materna exclusiva, que de hecho solo un 1 % de madres practican en este país. La exposición a los mensajes de la industria es menor en los otros países donde se realizó la investigación: México (39%), Bangladesh (27 %) Nigeria (24 %), Sudáfrica (21 %) y Marruecos (3 %).