El cronista y divulgador cinematográfico Jaume Figueras ha advertido este miércoles de que se ha perdido la sensación de comunidad en las salas de cine: «Se ha perdido la ceremonia de ir al cine. Sacar entradas un martes para un domingo, ir a días de estreno y que esté a tope. Todo esto se ha perdido».
Así lo ha dicho en una entrevista con Europa Press en Barcelona con motivo de su distinción con el Premi Gaudí d'Honor-Miquel Porter 2023, que se le entregará este domingo en la gala de entrega de los Premis Gaudí en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) y que recibe «con sorpresa y agradecimiento».
Figueras, que se ha reivindicado «nunca como crítico, sino como cronista, divulgador, comentarista, alguien que trasmite su afición por el cine a lectores y espectadores», también se ha mostrado optimista y asegura que sobrevivirán tanto las grandes pantallas como los circuitos de películas independientes y de autor.
Para ello, ha dicho que es «imprescindible el boca oreja, la mejor difusión», algo que considera que ha sucedido con la película 'Aftersun', una de las últimas que ha visto en cines y de la que ha destacado su capacidad de interpelar y remover al espectador, un componente indispensable que deben tener clásicos, según él.
Ha recordado que sus padres, apasionados del cine y regentes una lechería en Barcelona, le descubrieron esta afición, que desarrolló cuando unas Navidades le regalaron una máquina de escribir con la que empezó a reseñar películas, y que su vida es «una coproducción entre la industria láctea y la cinematográfica», algo que reivindicará en su discurso del Gaudí d'Honor.
En cuanto a las nominadas esta edición, ha defendido que son todas prometedoras aunque «está clarísimo que ha sido el año de 'Alcarràs', que parece que es la favorita en muchos sentidos», destacando su capacidad de demostrar que las realidades locales pueden tener alcance universal, aunque también ha ensalzado el valor documental y las interpretaciones de 'Suro'.
Acercarse a la "vida cotidiana de la gente"
Para Figueras (Barcelona, 1940), sería «interesante que los cineastas catalanes se acerquen un poco más a la vida cotidiana de la gente de este país», algo que echa de menos en algunas ocasiones y que considera que consiguen cineastas como Cesc Gay con las realidades urbanas, ha señalado.
Preguntado por el futuro del oficio de cronista cinematográfico, ha lamentado que los diarios «recorten planas de cultura y de cine, con películas importantes que se despachan con seis líneas» y que desaparezcan programas de divulgación cinematográfica, ya que, según Figueras, el único que queda es 'Días de cine' de Televisión Española y está arrinconado.
Coll, Forn, Villaronga, Luna
Ha recomendado 'Distrito quinto' de Juli Coll (1957); 'La pell cremada' de Josep Maria Forn (1967); 'Pa negre' de Agustí Villaronga (2010), 'La teta y la luna' (1994) de Bigas Luna, hacia el que tiene «cierta debilidad», así como clásicos que considera indispensables, como 'Rocco y sus hermanos' de Luchino Visconti (1960), 'Los 400 golpes' de François Truffaut (1959) y los musicales 'Cantando bajo la lluvia' de Gene Kelly y Stanley Donen (1952) o 'Pennies form heaven' de Herbert Ross (1981).
También ha detallado que este año ha descubierto a la Premio Nobel de Literatura Annie Ernaux, de quien ha elogiado su escritura «visceral, desordenada, abierta, franca e incluso escatológica», y que, aunque mira series de manera selectiva, recomendaría 'Exterior noche' de Marco Bellocchio; 'Irma Vep' de Olivier Assayas, sobre las películas de vampiros de los años 20 y 'No me gusta conducir' de Juan Diego Botto.